La Policía Nacional arrestó a un matrimonio rumano dedicado, presuntamente, a la trata de seres humanos con fines de explotación sexual en Benigànim (Valencia). Los agentes liberaron a una joven de la misma nacionalidad que era prostituida en una carretera del municipio. La víctima sufría un control extremo y se veía forzada a llamar a sus captores cada vez que realizaba un servicio para que recogieran el dinero. El hombre detenido la golpeaba y violaba cuando deseaba y llegó a obligarla a abortar dos veces.

Los policías constataron que había sido captada por el matrimonio en Rumanía bajo la promesa de un trabajo digno y mejores condiciones económicas. Al llegar a España, le obligaron a prostituirse bajo amenazas y coacciones.

Tenía un horario fijado por los arrestados --ya en prisión provisional-- y era trasladada a diario hasta una carretera de la localidad donde vivían los captores. Allí estaba desde las 10.00 hasta las 20.00 horas.

Cuando la joven se negaba a realizar prácticas sexuales, o la veían hablando con alguna persona de su país natal, la chica era golpeada, vejada y humillada por el detenido, sufriendo un abuso constante sin importar su estado de salud. El hombre la violó en varias ocasiones, y ella llegó a quedarse dos veces embarazada, obligada a abortar por el matrimonio para seguir lucrándose con su explotación.