David Oubel, el hombre acusado de matar brutalmente con una sierra radial a sus dos hijas de 9 y 4 años en Moraña (Pontevedra), reconoció haber acabado con la vida de las dos niñas y asegura estar «muy arrepentido».

Ante el tribunal que le juzga desde ayer en la Audiencia de Pontevedra, Oubel señaló que las personas «a veces» viven situaciones «límite» y se toman decisiones nefastas, de las que se arrepiente y por las que pide perdón. En su caso, señaló, provocó algo de lo que está «muy arrepentido» y, en el presente, no tiene «manera de solucionarlo», añadió.

«Reconozco los hechos de los que se me acusa», aseguró en varias ocasiones y reiteró que se refería a «todos y cada uno de los hechos» que se recogen en el escrito de acusación con respecto al crimen, cometido el 31 de julio del 2015 en O Casal (Moraña).

El parricida aseguró en esta vista, que se celebra con jurado popular, que, en contra de lo que alegaba inicialmente su defensa, cometió el crimen en plenas facultades mentales y que no tenía un trastorno «suficiente» que alterase su comportamiento.

El fiscal del caso, Alejandro Pazos, explicó que las primeras personas que acudieron al lugar del crimen se encontraron una escena «horripilante», ya que el acusado se ensañó con las niñas, asesinándolas con crueldad utilizando una sierra radial y un cuchillo, instrumentos «contundentes y absolutamente letales».

Antes de hacerlo, las drogó con benzodiazepinas y relajantes musculares «diluidos en cacao» para «adormecerlas» o al menos lograr que estuviesen con un «nivel bajo de conciencia». «Tenía la intención inequívoca de matar», destacó el fiscal.