Alfredo Torres Queralt, el pederasta condenado a 78 años de cárcel por abusos y agresiones a menores en Sagunto, se marcha de Nules ante la presión social. Será el próximo 15 de abril, cuando el hombre, natural de Jérica y de 63 años, abandone la vivienda de alquiler en la que reside desde hace un año en la localidad y se traslade a un nuevo destino de la provincia (tiene prohibido volver a Sagunto, donde solía vivir, hasta dentro de cinco años).

Así lo confirma el propio Torres en una entrevista concedida en exclusiva a Mediterráneo. No quiere revelar dónde fijará su nueva residencia, por temor, dice, a la alarma social, el rechazo y el acoso de los vecinos. Y es que, desde que fuera detenido por la Guardia Civil el pasado jueves y puesto en libertad con cargos por un presunto delito contra la libertad e indemnidad sexual de menores, la preocupación de los padres y madres de Nules, del alcalde, David García, y de las fuerzas del orden es palpable en la calle.

Con una barra del pan recién comprada bajo el brazo, comienza a relatar lo sucedido a pie de calle. “Vinieron a mi casa, lo registraron todo, se llevaron mi ordenador, mi consola y los CD que tenía”, explica Torres, invitando a este diario a continuar con la conversación ya en su domicilio.

Las cajas precintadas, maletas y bolsas copan el comedor de la vivienda. Torres se muestra tranquilo, se pasea por la casa y retoma la charla. “Yo soy pedófilo porque cuando tenía 14 años abusaron de mí. Me violaron dos veces en un colegio y el psiquiatra que me llevó en la cárcel me dijo que me venía de ahí”, explica sin titubeos a este periódico.

las VISITAS DE MENORES // A pesar de haber cumplido 18 años en la cárcel por pederasta, dice que los 8 menores que visitaron su casa no fueron invitados con fines sexuales. “Yo estaba cansado de estar solo y ellos me hacían compañía. Jugaban a la consola, escuchaban música y yo les preparaba la merienda. Es falso que yo les pusiera pornografía. Te estoy diciendo la verdad, no se me pasó ni por la cabeza”, asevera el hombre, quien fue investigado y detenido por la Guardia Civil.

Sostiene que, tras su arresto, “las madres ahora se acercan a mí, me insultan y me dicen que si me acerco a sus hijos, me matarán. La gente ha creado una alarma social tremenda”, lamenta Torres, quien explica que “pagué lo que hice en el pasado y estoy arrepentido. Si me han dejado libre, por algo será”, apostilla.

Dice que se refugia en la Fe para expiar sus pecados. “Estudié la Biblia durante 15 años, me ayudaron mucho los testigos de Jehová y ahora me siento rehabilitado”, afirma el pederasta condenado, quien lamenta que la sociedad piense que se mudó a su actual casa por su proximidad al Colegio Nuestra Señora de la Consolación (solo está 35 metros de su portal), un extremo que niega.

SE SIENTE ODIADO // Tras ser detenido, asegura sentirse “odiado” en Nules y anuncia “Gracias a Dios me voy ya de este pueblo”. “Que no se preocupen porque no he tocado ni tocaré a nadie. Soy pedófilo porque mis primeras experiencias fueron homosexuales y sufrí abusos, no me corto en decirlo”, exclama, visiblemente alterado por primera vez desde que inció la conversación. La Guardia Civil mantiene que captó a 14 menores, les hizo regalos y se ganó su confianza para tener relaciones.

Él asegura que no le importa lo que piense la gente y pide “tranquilidad” a los vecinos, a pesar de la lógica alarma social generada. “Soy una persona honesta y, desde que salí, no he querido volver a saber nada de mi pasado”, sentencia Torres, quien despide a Mediterráneo en la puerta. H