Un vecino de Buñol propinó un puñetazo y una patada en la cara a otro hombre, conserje del pabellón municipal, al que le rompió el pómulo y causó heridas en la nariz después de que este último le recriminara que llevara sin atar un perro de raza peligrosa.

Según explicó ayer el alcalde de Buñol, Rafael Pérez (EUPV), el presunto agresor paseaba al animal sin correa y el empleado público, que conocía las “múltiples denuncias” que había ocasionado ya ese can, le avisó de que el can debía ir atado y con bozal. El propietario del perro “se lo tomó mal” y se encaró con el conserje, que se encontraba en su horario de trabajo y que se mantuvo firme en pedirle que llevara controlado al perro. El dueño del can, que posee conocimientos de artes marciales, “noqueó” al funcionario. H