Un estudiante de Magisterio, miembro de una congregación religiosa de un municipio del Camp de Morvedre, se enfrenta a penas que ascienden a 111 años de prisión por abusar y violar presuntamente de forma continuada a al menos siete menores de entre 8 y 15 años. El acusado, de 32 años y nacionalidad española, captaba a sus víctimas en la citada congregación.

El acusado de cuatro delitos continuados de agresión sexual y tres delitos continuados de abusos sexuales negó haber tenido cualquier contacto sexual con dichos menores en el juicio que se está celebrando en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Valencia. No obstante, reconoció haber compartido habitación e incluso cama con alguna de las víctimas durante los viajes organizados.

Ante las insistentes preguntas de la fiscal, sobre la extraña relación que mantenía con los menores, uno de ellos autista y otro con síndrome de Asperger, el procesado alegó que eran sus «colegas».

Respecto a los viajes, excursiones o acampadas, el acusado sostiene que eran quedadas que la propia congregación organizaba. Sin embargo, reconoció haberse llevado, con permiso de sus padres, a uno de los niños a un viaje a Sevilla a casa de un familiar.