Una condena de 75 años de cárcel es la petición que ha realizado la Fiscalía de Castellón al tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial para el vecino de Benicàssim Óscar Lozano, de 41 años, por el asesinato de su pareja, Krisztina Szabo, de 43, y el intento de asesinato de sus dos hijos, que cuando se produjeron los hechos, el 20 de julio del 2016, tenían 13 y 11 años.

El Ministerio Público ha redactado sus conclusiones provisionales a la espera de que la Audiencia señale una fecha para la celebración del juicio oral.

El fiscal considera que el tribunal debería imponer tras el juicio las penas de 25 años por el asesinato con la circunstancia agravante de género y otros 50 más (25 por cada uno) por los intentos de asesinato con la agravante de parentesco de sus dos hijos.

RETIRADA DE PATRIA POTESTAD

En los tres casos entiende el fiscal que se le debe prohibir aproximarse a los menores a menos de 500 metros tanto de su domicilio como del colegio o zonas que habitualmente frecuenten. También reclama que se le imponga la prohibición de comunicarse con ellos por cualquier medio durante un tiempo no inferior a 10 años, además de abonar las costas procesales. La Fiscalía, además, propone retirarle la patria potestad de los dos niños.

Los hechos ocurrieron a primera hora de la mañana del miércoles 20 de julio del 2016. El matrimonio mantenía una relación de cerca de 14 años, pero la pareja, pese a que permanecía unida por sus dos hijos, hacía aguas desde hacía tiempo y no estaba en un buen momento. De hecho, según afirmaron algunos familiares, llevaban meses durmiendo en habitaciones separadas.

La mañana del crimen, sospechan los investigadores, Óscar Lozano quería llevar a cabo un cruel y sanguinario plan: acabar con la vida de Krisztina y de los niños. El motivo es que ella le había propuesto en varias ocasiones hacer vidas separadas y quería marcharse de casa con los pequeños. Óscar, posesivo y celoso, como lo definen sus conocidos, no quería que fueran felices sin él.

Eran las ocho de la mañana cuando Krisztina entraba en la habitación de matrimonio para cambiarse de ropa. Había dormido en el sofá, como cada noche. Óscar, según la Fiscalía, la estaba esperando detrás de la puerta. Así, cuando ella accedió le asestó varias cuchilladas y una de ellas le seccionó la aorta. Krisztina moría desangrada en el suelo.

Tras el brutal ataque, se dirigió a la habitación de los niños donde, con crueldad, los acuchilló repetidamente. Los pequeños, heridos, se escondieron en el baño. Fue el propio Óscar el que llamó al 112. Cuando llegó la Policía Local lo encontró sentado en el sofá en estado de shock.