Extraño hallazgo el que se produjo ayer a mediodía en un cuarto piso de un edificio de la avenida del País Valencià de Vinaròs. El matrimonio formado por Manuel Quirantes, de 60 años, y María Dolores Bailly Peña, de 51, aparecía sin vida, sin signos de violencia. Ella, como explicaron fuentes cercanas al caso, estaba sobre la cama, en estado ya de descomposición, mientras que el cadáver del hombre se encontraba tendido en mitad del pasillo, en las mismas circunstancias. Al parecer, el matrimonio podría llevar fallecido dos o tres días.

El aviso lo dieron los propios vecinos de la pareja, después de observar que se escuchaban ruidos ni se les veía. No obstante, algunos familiares explicaron a Mediterráneo que tanto Manuel como María Dolores no se relacionaban con nadie desde hacía años y apenas salían de su vivienda.

Fueron la Policía Local y los bomberos del Consorcio los que abrieron la puerta de la vivienda y localizaron los dos cadáveres. La Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de las investigaciones y, como pudo saber este periódico, la principal hipótesis es que fallecieran por una intoxicación, pero no se descartan otras causas hasta que sea el informe forense el que desvele lo sucedido.

INCAPACITACIÓN // El pasado jueves la Policía Local tuvo que acudir hasta la casa porque el matrimonio no quería abrir la puerta y un conocido estaba muy preocupado. Estos comprobaron que se encontraban bien, pese a que se mostraron “asustadizos”. En esas fechas fueron evaluados por un forense porque estaban en trámites de conseguir una incapacidad, explicaron algunos allegados. El matrimonio tiene tres hijos, de 22, 18 y 17 años, pero se encuentran en acogida por una hermana de ella en Barcelona desde hace años.