Acto de servicio heroíco de dos agentes de la Policía Local de Onda, que salvaron la vida ayer de un bebé de 18 meses, en riesgo de morir, tras una reacción violenta a la vacuna de la varicela que se le había suministrado. Como detallaron a Mediterráneo fuentes cercanas al Ayuntamiento de la población, «la rápida reacción de los agentes mientras estaban esperando una ambulancia que llevase al hospital al niño propició la evolución positiva del estado de salud del pequeño».

Todo ocurrió cuando una mujer, en un estado de nerviosismo considerable, llamó, sobre las 11.15 de la mañana a la Policía Local de Onda, detallando que su nieto, de 18 meses, estaba convulsionando y «no sabía qué hacer». Reclamaba ayuda desde una casa de la calle País Valenciano de la población y decía que «se encontraba sola con el pequeño».

Al llegar los agentes policiales llamaron rápidamente a la ambulancia, mientras «se hacían cargo del niño», que con una temperatura corporal de 38° le suministraron «dos bolsas de nitrógeno líquido para bajarle la fiebre y que dejara de convulsionar».

«También abrieron todas las ventanas para que entrara el aire en la habitación», aseguraron