Toda medida es poca para combatir el cultivo y tráfico de drogas. Por ello, la Policía Nacional de Castellón cuenta con el apoyo de un helicóptero que, una o dos veces a la semana, se traslada a la provincia desde su sede de Valencia para peinar la capital de la Plana, Vila-real y sus alrededores y detectar plantaciones durante la época de recolección, que se prolonga desde finales de agosto hasta principios de octubre.

Eso fue, precisamente, lo que sucedió ayer, cuando desde primera hora de la mañana podía apreciarse la presencia de la Policía Nacional vigilante desde el cielo de Castellón. Los policías vuelan sobre montes y fincas agrícolas para descubrir cultivos al aire libre y también zonas de alquerías por si sus moradores tuvieran ejemplares de cannabis.

Precisamente, gracias a la vigilancia aérea, los agentes lograron localizar la pasada semana un domicilio de Vila-real, que tenía plantas de marihuana en una terraza y descubrir así que el dueño de los ejemplares y su padre se dedicaban a vender dicha droga en una tienda que tenían.

En Borriol localizaron, asimismo, una importante plantación, que contaba con un sistema automático de riego y que alcanzaba los 43 kilos de cannabis, listos para su preparación y venta. Fue en el 2012 y la cantidad de marihuana podría haber reportado un beneficio de 55.000 euros al dueño de la parcela, de 35 años, que fue detenido por un delito de tráfico de drogas.

El helicóptero de la Policía Nacional da, asimismo, apoyo a los controles de vehículos que se realizan en carretera y que se intensifican los días en que el helicóptero sobrevuela la provincia para aprovechar la excelente visión que proporciona a los agentes y que permite detectar huidas al volante o conducciones temerarias. Su presencia es de gran ayuda también durante las grandes operaciones antidroga que se realizan en zonas conflictivas, tales como el Perpetuo Socorrro o Extramuros de Poniente. Y es que gracias a la ayuda de los medios aéreos es posible controlar los callejones de estos barrios y las salidas de los domicilios en los que los agentes practican registros.

Aunque en muchas ocasiones son los propios vecinos, alertados por el fuerte olor, los que avisan a las autoridades de la presencia de un cultivo de cannabis, los medios aéreos permiten a la policía llegar hasta lugares apartados, con casas diseminadas, en los que las plantaciones al aire libre pasan desapercibidas. H