Tras la reciente detención de cinco miembros de una nueva red de trata con vudú nos preguntamos, ¿por qué se sigue usando esta brujería en pleno siglo XXI? Cabe recordar que las víctimas de las grandes redes de trata de seres humanos en Castellón son de origen nigeriano. Para ellas, el vudú es mucho más que simple brujería o rito religioso de magia negra. Constituye una religión en la que creen profundamente y que sirve a los explotadores como amenaza para retenerlas como esclavas sexuales.

Las chicas llegan a España con la promesa de tener una vida mejor y se encuentran, sin embargo, con que deben ejercer la prostitución forzosa para pagar una supuesta deuda que han contraído.

Para atemorizarlas, las amenazan con hacerles vudú. Les cortan las uñas, pelo púbico y toman alguna de sus prendas interiores, guardándolo todo en bolsas y diciéndoles que, si intentan escapar, realizarán magia negra para dañarlas a ellas y a sus familiares --residentes en Nigeria--. El terror que sienten es tal que la mayoría se niega a hablar con la policía.