La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSIF) y ACAIP alertaron ayer de un nuevo capítulo de violencia en la cárcel de Albocàsser en el que tres trabajadores resultaron heridos tras el ataque de un preso.

Se trata, dicen las organizaciones, del enésimo incidente registrado en los últimos meses y tuvo lugar a las 12.30 horas en el módulo 13. Los funcionarios de servicio observaron una discusión entre internos en el patio e intervinieron, como establece el protocolo, para que el incidente no fuese a mayores. Aislaron al interno más agitado y trataron de calmarlo hasta la llegada del jefe de servicio de la cárcel.

En el momento en que procedieron al cacheo reglamentario, el reo se negó y se abalanzó sobre los funcionarios, soltando puñetazos, patadas, y empujando al jefe de servicio, quien recibió un fuerte golpe en la espalda, según explicaron los sindicatos.

Otro trabajador recibió un puñetazo en la cara y a un tercero el reo le desgarró el jersey y la camisa. «Ante el cariz y la gravedad de la situación, fue necesario reclamar la presencia de más funcionarios del resto de módulos del centro para poder reducir al interno y trasladarlo al departamento de aislamiento», aseguran desde CSIF. Logrado dicho objetivo, se consiguió devolver la normalidad al centro penitenciario.

RECLAMACIONES / «Una vez más, la profesionalidad y la rápida intervención de los funcionarios ha evitado que el incidente tuviese un nefasto desenlace», argumenta la central sindical, que critica que esta misma semana «la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias haya decido trasladar a 26 funcionarios a otras prisiones de resto de España porque cree que en el centro penitenciario Castellón II sobran efectivos».

Incidentes como el de ayer, sostienen, son «consecuencia de la escasez de funcionarios» y afirman que «también están relacionados con la nula formación para afrontar situaciones de peligro» añaden desde el sindicato.

Critican, además, que este tipo de agresiones «salen gratis» al interno porque en el colectivo siguen sin ser considerados agentes de la autoridad. Insisten desde CSIF en que los problemas no se reducen a la vigilancia. «El área sanitaria atraviesa una situación dramática con tres médicos para una población reclusa de 1.400 internos», lamentan.