Cuatro miembros de un clan de traficantes colombianos, instalados en Castellón, fueron condenados ayer por la Sección Primera de la Audiencia Provincial a penas que oscilan entre los tres y siete años de prisión por dedicarse a la producción y distribución de cocaína en tres narcopisos de la Plana.

Además, uno de los acusados fue sentenciado por un delito de conducción temeraria y otro de resistencia grave con resultado de lesiones leves, ya que huyó de la Policía Nacional en coche, hiriendo a dos agentes y colisionando contra varios conductores por el centro de la ciudad.

El tribunal los condenó a pagar una multa de 2.410.000 euros después de que los abogados defensores --entre los que se encontraba el legal representante de uno de los condenados en la trama Gürtel, Francisco Correa-- llegaran a un acuerdo con el fiscal.

Los hechos por los que fueron juzgados ayer se remontan al mes de diciembre del año 2016. Dos de los procesados, que mantienen una relación sentimental, residían en un inmueble de la calle Sidro Vilarroig de Castellón y otra pareja --en búsqueda y captura-- lo hacía en una casa de la calle Escultor Benlliure. En ambas viviendas se encontraron restos de cocaína y dinero en efectivo procedente de la venta de drogas.

GRUESO DE LA DROGA

Sin embargo, fue en un tercer domicilio (sito en el paseo de la Universidad) donde la Policía Nacional halló el grueso de la cocaína (seis kilos y medio), además de una máquina amasadora, básculas de precisión, cuchillos, tijeras, guantes, mazas, mascarillas y otro tipo de enseres para la producción de la sustancia estupefaciente.

La droga incautada por los agentes hubiera superado en el mercado los 250.000 euros, según las estimaciones oficiales.

Uno de los condenados se dirigió el día 12 de diciembre del 2016 a una de las viviendas, donde se le hizo entrega de un paquete con un kilo de cocaína. Dejó el coche en doble fila, momento en que la Policía Nacional lo identificó. En se instante, se dio a la fuga, golpeando dos coches patrulla e hiriendo a dos agentes. Huyó a toda velocidad, conduciendo de forma temeraria, saltándose semáforos en rojo y golpeando diversos coches en su huida.

Los dos efectivos policiales sufrieron contusiones en las lumbares, codos y cervicales, por los que deberán ser indemnizados con 400 y 200 euros. Asimismo, el conductor del vehículo deberá pagar 2.520 euros a una castellonense que sufrió lesiones tras recibir un golpe, y 836 y 575 más a otras dos víctimas de su huida.

También deberá abonar 3.395 al Ministerio del Interior por los daños causados a los coches patrulla a los que embistió.