El Juzgado de Instrucción número 1 de Castelló ha enviado a prisión provisional, comunicada y sin fianza a una ciudadana rumana de 35 años, acusada de un delito de trata de seres humanos con fines sexuales. Fueron agentes de la Policía Nacional quienes procedieron a su detención tras descubrir que la arrestada explotaba sexualmente a una joven compatriota, de 22 años, a quien obligaba a trabajar como limpiadora y, además, a vender su cuerpo en la zona del camí Caminàs.

La víctima tuvo que ser atendida en el hospital y presentaba lesiones, según ha podido saber este periódico. Los investigadores practicaron un registro en una vivienda del Grau de Castelló y lograron poner a salvo a la chica, que se encontraba amenazada, sometida y coaccionada, como suele suceder en este tipo de casos.

El pasado día 30 de julio se celebró, precisamente, el Día Internacional contra la Trata de Seres Humanos. Fue en el año 2013 cuando la Asamblea General de la ONU designó esa jornada durante una reunión de evaluación del Plan de Acción Mundial contra esta forma de esclavitud.

Según el informe elaborado por el Centro de Inteligencia contra el Terrorismo y el Crimen Organizado (Citco), las víctimas de trata con fines de explotación sexual han descendido en España más de un 17% durante el 2018 respecto al año anterior.

Sin embargo, la lucha de las autoridades es permanente para detectar nuevos casos. Y es que, al igual que ocurre con la violencia machista, los afectados por este tipo de delitos están amedrentados, reciben palizas o amenazas de muerte hacia sus familias.

A Castellón llegan muchas mujeres --nigerianas y del Este en su mayoría-- que son engañadas por mafias. Vienen con la promesa de trabajar cuidando niños, ancianos o limpiando casas y luego les dicen que han generado una deuda millonaria con el viaje que deben pagar con la prostitución. Muchas son maltratadas o sufren ritos como el del vudú.