Un vecino de Almassora de 56 años fue ayer condenado a cuatro años de cárcel por un intento de homicidio que tuvo lugar el pasado verano en Castellón. Fiscalía, defensa y acusación particular alcanzaron un pacto tras reconocer el procesado que se presentó en la empresa del Camí la Plana donde la víctima trabajaba y lo atacó brutalmente con una azada, golpeándole en la cabeza.

Según explicaron a Mediterráneo fuentes judiciales, el móvil de la agresión fue una deuda de unos 300 euros que el herido mantenía con el condenado.

El agresor, que ya ha pagado una indemnización de unos 8.000 euros al afectado por las lesiones, no podrá acercarse a menos de 200 metros ni comunicarse con él por tiempo de dos años, tras su salida de la cárcel.

Los hechos sucedieron el 9 de agosto del 2017, sobre las 12.00 horas. El ya sentenciado se presentó en el puesto de trabajo de la víctima y entró al grito de: «¿Dónde está el hijo de puta?». Lanzó varios golpes contra algunos azulejos almacenados y puertas y acabó abordando al denunciante en la oficina, donde le atacó con el filo de la azada que portaba. Le propinó un impacto entre la cabeza y el pecho, lanzando inmediatamente un segundo golpe hacia la misma zona y que el afectado no pudo esquivar, alcanzándole en la parte baja de la cara y provocando que cayera al suelo. En ese momento, el agresor se dio a la fuga.

Posteriormente, fue detenido e ingresó en prisión provisional hasta la celebración del juicio.

UNAS LESIONES graves / Como consecuencia de la agresión, el herido sufrió lesiones, profundas y sangrantes, en la zona de la mandíbula, que afectaron a la piel, a tejido celular y a músculo. La víctima recibió 25 puntos de sutura en el músculo y 32 en la piel, según recoge el informe médico aportado al caso.

Como secuelas, el herido tiene cuatro cicatrices de hasta seis centímetros que le provocan un perjuicio estético moderado.

El condenado abonó in extremis, además de la inmdenización para el afectado, 258 euros a la empresa por los daños ocasionados y otros 485 euros a la Generalitat valenciana por los gastos médicos que generó la víctima. Por ello, se benefició de una atenuante de reparación del daño.

El tribunal de la Sección Segunda declaró la firmeza de la sentencia por un intento de homicidio al rehusar las partes recurrir el fallo en casación ante el Tribunal Supremo.