La Sección Primera de la Audiencia Provincial celebró ayer por la mañana una vista para prorrogar la prisión al hostelero chino condenado recientemente por degollar a un cliente de su bar en Benicàssim en el verano del 2017.

El pasado mes de mayo fue sentenciado a cumplir 22 años de internamiento psiquiátrico en un centro, aunque por el momento permanecerá en prisión, donde recibe este tipo de asistencia y donde lleva desde su detención tras el crimen. Tal y como consideró probado la sentencia, el ciudadano asiático era gerente de una cafetería en Benicàssim y estaba afectado de un trastorno bipolar y esquizofrenia que «anulaban su capacidad intelectiva y volitiva».

A las 7.45 horas del 8 de julio de 2017 atendió a la víctima, un cliente habitual, y «empezó a sufrir alucinaciones auditivas que le llevaron a la firme convicción de que tenía que acabar con la vida del hombre» que estaba sentado en la terraza. Lo atacó sorpresivamente con una barra de hierro hasta en diez ocasiones y también con dos cuchillos con los que le seccionó el cuello. A la llegada de los agentes, el asesino estaba en el interior del bar y fue detenido.