El castellonense que amenazó con lanzar a su exnovia, de 17 años, por el puente del pantano de María Cristina --sosteniéndola en el aire y a 15 metros de altura-- en l’Alcora cumplirá dos años y diez meses de internamiento psiquiátrico y deberá pagar a la joven 3.000 euros en concepto de indemnización, según reza la sentencia de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

El médico forense que debía decidir, en ejecución de sentencia, si el procesado cumplía la pena que le ha impuesto el tribunal castellonense en prisión o en un centro --para poder recibir tratamiento médico-- ha determinado que el hombre, de 28 años, sufre una alteración psíquica.

Según el facultativo, el procesado presentaba un trastorno psicótico que afectaba a su juicio y capacidades volitivas en el momento en el que tuvieron lugar los hechos, el pasado abril.

Los magistrados lo condenan por los delitos de quebrantamiento continuado de medida cautelar (ya tenía una orden de alejamiento de la menor), detención ilegal y amenazas.

QUEBRANTÓ EL ALEJAMIENTO

El ya sentenciado se presentó en abril en la casa de los padres de la menor, que padece también un trastorno THDA y con la que él había mantenido una relación sentimental. El procesado contaba con una orden judicial en vigor que le prohibía acercarse a menos de 300 metros de la adolescente o de sus progenitores durante cuatro años, pero la omitió.

El condenado entró en el piso y le dijo a la madre de la chica que la joven era suya y que se la iba a llevar del domicilio, amenazándola con matarla y con orinar sobre ella. Según declara probado la sentencia, el agresor llegó a espetarle: «Cogeré un cuchillo y te cortaré el cuello», «te voy a matar, gorda», «ya sabes que no me van a hacer nada porque me dan por loco» o «la niña es mía».

Acto seguido, metió a la menor en su coche y se la llevó hasta la zona del pantano de María Cristina, perseguido por efectivos de la Policía Local y Guardia Civil.

Rodeado por los agentes cogió a la joven, la levantó por encima de la barandilla y la colocó, suspendida en el puente, a una altura de 15 metros, diciendo que si se acercaban la tiraría al vacío.

DOBLE CONFESIÓN

Finalmente, y después de varios minutos, apartó a la chica y la dejó en el suelo, permitiendo que saliera corriendo hacia los agentes. Él, por su parte, cogió el vehículo con el que se había desplazado hasta la zona y se dio a la fuga.

Unas dos horas después del violento episodio del pantano se personó voluntariamente en el cuartel de la Guardia Civil de l’Alcora y se entregó. En la celebración del juicio reconoció los hechos.