El Tribunal Supremo ha rebajado la condena a cinco presos por el brutal ataque cometido sobre otro reo de la cárcel de Albocàsser, a quien le sometieron a lavativas forzadas y le introdujeron diversos objetos por el ano por un asunto de drogas, causándole lesiones.

Los hechos sucedieron en el 2014 y, aunque la Audiencia Provincial de Castellón condenó a los procesados a penas de entre seis y ocho años y medio de prisión, el alto tribunal de Madrid ha decidido ahora dejar la condena de todos los acusados en tres años por un delito contra la integridad moral con agravante de superioridad --sin apreciar las lesiones con instrumento peligroso por las que habían sido también condenados y retirando la agravante de reincidencia, puesto que los antecedentes no son computables a estos efectos, según la sentencia--.

Los hechos tuvieron lugar en la tarde del 28 de febrero de 2014, en el módulo 12 del Centro Penitenciario de Castellón II, sito en Albocàsser. Un interno ya condenado por asesinato y lesiones, junto a los otros cuatro presos --con la finalidad de apoderarse de la sustancia estupefaciente que creían que portaba la víctima-- se dirigieron hacia él, a fin de que expulsara a la fuerza la sustancia. Uno le conminó a entrar tranquilamente en el aseo, diciéndole que, por las buenas o por las malas, tenía que ir. Una vez allí, se introdujeron en el aseo y, poco después, acudieron los otros procesados.

Sujetaron al herido y, contra la voluntad de este, empleando la fuerza necesaria para vencer su resistencia, le bajaron los pantalones y los calzoncillos hasta las rodillas, mientras le decían que: «tenía que darles el chocolate».

La víctima les respondió que no tenía y los procesados le golpearon, obligándole a apoyarse sobre el lavabo con las piernas semiflexionadas y de espaldas a la puerta de entrada. Lo inmovilizaron y le aproximaron un pincho al cuello, separándole las nalgas e introduciéndole el cuello de una botella. Cogieron un vaso de aceite para facilitar la introducción de la botella y le metieron también un bolígrafo, los dedos e incluso una cuchara, mientras le decían: «O sacas el chocolate o te parto las piernas». Estos hechos provocaron un fuerte temor y dolor en el afectado hasta que los procesados cesaron al acudir dos internos en su auxilio. El afectado sufrió rectorragia con coágulos, preiolencia, laceraciones y fue llevado al hospital por sus lesiones.