Un remolino de aire arrastró al parapentista de Benicàssim muerto este domingo durante una competición en Zarza Capilla (Badajoz) y lo lanzó al suelo desde una altura de 15 metros. Sucedió cuando a la víctima, Vicente Ferrer Alberich, únicamente le quedan 200 metros para aterrizar, dando por concluida su participación en el Campeonato de Parapente Zarza Capilla Vuela. En apenas dos segundos, la corriente lo absorbió y el impacto contra el suelo fue terrible.

Así lo confirmó a Mediterráneo el alcalde de la pequeña localidad extremeña, de apenas 350 habitantes, Rubén Muñoz. Nada pudo hacerse por salvar la vida del benicense, miembro de la unidad de bomberos forestales de Alcalà de Xivert, que moría poco después de las 15.00 horas.

Desde el Ayuntamiento y la Federación Aeronáutica Extremeña lamentan este «trágico accidente» e inciden en la «total profesionalidad» del fallecido. Y es que Vicente Ferrer era un experimentado deportista, con 400 horas de vuelo este año, y siete años de práctica del parapente.

La autopsia se le practicó ayer por la mañana en la localidad extremeña, según explicaron a este diario fuentes municipales. Sus restos mortales serán entregados a sus familiares, que se habían trasladado también a Zarza Capilla para disfrutar de la competición durante el fin de semana.

Los expertos insisten en que la tragedia fue «absolutamente fortuita» y que las medidas de seguridad de la prueba eran «las adecuadas». Otros 28 parapentistas volaron el domingo sin ningún incidente en el campeonato, que comenzó el viernes en Extremadura. «Lo que sucedió fue un golpe de mala suerte, pero no es la primera vez que ocurre que un remolino arrastra a un deportista. Ha pasado otras veces y forma parte del riesgo de este tipo de disciplinas», aseguran testigos de lo ocurrido en Badajoz.

La tragedia golpeó a la competición el domingo. La cita reunió a los máximos exponentes del parapente español y a representantes internacionales.