Aprovechaba que el anciano al que cuidaba estaba hospitalizado para usar su tarjeta de crédito y satisfacer sus caprichos personales. Un cuidador de Onda, de 40 años, ha sido detenido por la Guardia Civil después de que la persona a la que auxiliaba denunciara en el cuartel un desfalco de 1.200 euros en su cuenta bancaria.

La investigación comenzó después de que la víctima acudiera ante la Benemérita extrañado por la desaparición en pocos días de una importante suma de dinero. Esta persona explicó que había compras a su cargo que él nunca había realizado. Justo los movimientos de extracciones y pagos en comercios diversos se habían producido cuando él se encontraba ingresado en un centro hospitalario de la provincia por una importante dolencia.

SOSPECHAS INMEDIATAS // La Guardia Civil, con toda la información aportada por el anciano, enseguida sospechó del cuidador, una persona que gozaba de la absoluta confianza de la víctima. Así, tras revisar las imágenes de las cámaras de seguridad de los bancos y tras otras pesquisas bien contrastadas, concluyeron que este había sido quien había estado robando al anciano.

Por ello, procedieron a su detención como presunto autor de un delito de usurpación de identidad, hurto, estafa y de apropiación indebida. Y es que, además, de usar la tarjeta de crédito, se había apoderado de un teléfono móvil de la víctima valorado en más de 500 euros en el mercado.

El detenido, en unión a las diligencias, fue puesto a disposición del Juzgado 1 de Nules, sin que haya trascendido si ha ingresado en prisión o está en libertad.

La Guardia Civil, a través del plan Mayor, auspiciado por el Ministerio del Interior, está llevando a cabo acciones para prevenir las amenazas de afectan a la seguridad de las personas mayores.

En el caso de los cuidadores o empleados domésticos, la Benemérita sostiene que los hurtos o robos se producen por un exceso de confianza, por lo que, para evitarlos, aconsejan que cuando se contrate este tipo de servicios los ancianos acudan a entidades legalmente establecidas, públicas o privadas, como Cruz Roja, los ayuntamientos o las oenegés, y que sean cautos con toda la información que facilitan.