Totalmente desvalijada, con la cerradura reventada y todos los armarios y cajones revueltos. Ese fue el estado en el que encontró una familia de Castelló su vivienda de la calle Guitarrista Fortea, asaltada este jueves a plena luz del día, mientras las seis personas que viven en el inmueble --cuatro adultos y dos menores-- habían salido. Ningún vecino oyó a los cacos, que accedieron a la finca entre las 10.00 y las 13.00 horas.

Los asaltantes se apoderaron de miles de euros, de un buen número de joyas de gran valor y de monedas antiguas. Llegaron, incluso, a abrir la nevera y a beberse una lata de cerveza, como advirtió la dueña de la vivienda.

«Entraron por la antigua puerta de servicio de la cocina. El shock fue absoluto cuando regresamos al piso a mediodía. Estaba todo tirado por el suelo, cada joyero abierto... habían registrado hasta los cuartos de baños y la cocina», lamentaron los propietarios, todavía muy nerviosos, en conversaciones con el diario Mediterráneo en el inmueble familiar.

no dejaron huellas // Los afectados llamaron de inmediato a la Policía Nacional e interpusieron la correspondiente denuncia. Miembros de la Brigada Científica se desplazaron al inmueble en busca de pruebas. Los investigadores emplearon polvo magnético revelador de huellas, pero no dieron con ninguna, según explicaron las víctimas. Todo parece indicar que los ladrones portaban guantes para no dejar rastro.

Además, los delincuentes estuvieron un rato largo dentro del domicilio. De otro modo, no hubiesen podido registrar a fondo cada rincón de la vivienda.

«Lo miraron todo, no se dejaron un cuarto por comprobar. En el comedor llegaron, incluso, a rompernos unos armarios de madera que tenemos cerrados con llave para que los niños no toquen la vajilla que hay guardada dentro. No es solamente lo que se han llevado, sino todos los destrozos provocados en el piso», afirmaron.

Especialistas del grupo de robos de la Policía Nacional se han hecho cargo ya de la investigación del caso. Resulta llamativo que los ladrones se dirigieran a un piso concreto dentro de la finca (ningún otro sufrió robo) y que supieran que ninguno de sus seis moradores estaba dentro. Por ello, los agentes no descartan que los asaltantes hubiesen vigilado a las víctimas para conocer sus horarios y rutinas diarias.

«Cuando te pasa esto tienes una sensación horrible. Entran en tu casa, en tu intimidad y te quitan todo tipo de recuerdos familiares de gran valor económico y sentimental», aseveró la familia afectada con gran pesar.