La investigación del asesinato del subinspector Blas Gámez revela que un reguero de sangre condujo a la policía hasta la vivienda del presunto descuartizador, abatido por la policía tras acuchillar mortalmente al agente. Según la reconstrucción realizada por los investigadores, el supuesto asesino mató en la cama a su víctima, un hombre con el que mantenía una relación sentimental, lo cortó a trozos en la bañera, metió el tronco en una maleta y la dejó entre dos contenedores.

Las gotas de sangre que la maleta fue dejando por el camino, además de los testimonios ofrecidos por dos vecinos, llevaron a los agentes a localizar el paradero del supuesto homicida, identificado como Pierre Danilo, apenas 12 horas después del macabro hallazgo de los restos humanos. Estos pertenecían a un hombre de nacionalidad española, que regentaba una peluquería en el centro de València.

Ayer, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, impuso la medalla al mérito policial a título póstumo al agente asesinado en la capilla ardiente.