La operación Arca de Noé, desarrollada por el equipo de Homicidios de la Guardia Civil durante dos años para atrapar a los responsables del crimen del club Doris de Cabanes, se desinfla tras la sentencia del caso, que ha absuelto a dos de los cuatro detenidos y ha condenado solo a un año de cárcel a un tercer implicado.

Como adelantó Mediterráneo en exclusiva, el tribunal ha sentenciado por el asesinato de Francisco Esteller a uno de los cuatro procesados, Somer Codreanu, a quien ha impuesto 21 años y nueve meses de prisión. El documento judicial reconoce que este no actuó solo y sitúa a «otras personas», que no han sido identificadas, en la casa de la víctima la noche en que el dueño del club Doris fue maniatado, brutalmente golpeado y asfixiado con un calcetín y un sujetador de su mujer a modo de mordaza.

LA PETICIÓN DEL FISCAL / De los 80 años de cárcel que la Fiscalía pedía inicialmente para los cuatro ciudadanos rumanos procesados, solo 22 se han confirmado en la sentencia. Especial mención merece el caso de la prostituta rumana del local, acusada de dar información del establecimiento a sus tres compatriotas y para quien el fiscal solicitaba 30 años de prisión. Tras el juicio, rebajó esa petición a solo cinco y finalmente ha sido absuelta.

Los hechos sucedían el 21 de septiembre del 2013. Los investigadores de la Policía Judicial iniciaban entonces una compleja operación para dar con los autores del crimen. Tras intensas pesquisas y 14 meses de trabajo, daban con Somer Codreanu en la localidad sevillana de Pilas.

La Benemérita logró localizar al ya condenado, que recorrió las provincias de Ciudad Real, Albacete y Huelva, entre otras, como temporero en la aceituna. «Tenía antecedentes por delitos contra la propiedad en Francia, Italia y otras provincias españolas, y su ADN en la vivienda de Francisco Esteller nos permitió identificarlo», aseveró en una multitudinaria rueda de prensa el entonces coronel de la Guardia Civil en Castellón, Juan José Miralles.

Siete meses después, en otra rueda de prensa en la comandancia de la Benemérita en la capital, anunciaban el arresto de otros tres presuntos implicados.

Se trataba de otros dos hombres rumanos y una mujer, que trabajaba como prostituta en el club. Los dos primeros fueron detenidos en Sevilla, mientras que la trabajadora fue arrestada en Cabanes, donde residía.