El colegio Lope de Vega de Castelló colocó ayer dos mariposas de color violeta en la puerta de entrada del centro en recuerdo a Martina y Nerea, las pequeñas de dos y seis años que hace un año fueron asesinadas por su padre, Ricardo Carrascosa. Ayer se cumplió el primer aniversario de un terrible crimen, un doble parricidio que conmocionó no solo a la provincia, si no a toda España. En el centro de estudios de las pequeñas el asesinato se vivió entonces con gran dolor entre alumnos y profesores y concentraciones de repulsa.

En la jornada de ayer decidieron colocar dos mariposas en la fachada como homenaje «a un proyecto que está desarrollando su madre, Itziar, en Madrid para evitar que estas cosas puedan volver a ocurrir», explicaron.

«Él nunca admitió nuestra separación, y menos que la decisión de hacerlo fuera mía. Ya es tarde para mí y para mis hijas», dijo la madre de las pequeñas en una carta abierta tras el crimen. Un año después, Itziar Prats, asegura que le costará mucho «seguir adelante» con sus recuerdos. «Soy una madre sin hijas», dice en una entrevista a El País.