«¡Socorro, socorro, ayuda, que me mata!». Fueron los gritos que escucharon los vecinos de la víctima en la madrugada del lunes. Según explican a este diario --muy afectados todavía por lo sucedido-- el ladrón llegó a la casa en su propia moto y la aparcó justo delante del chalet asaltado. Antes lo intentó en otros, pero tenían todas las ventanas cerradas y no pudo entrar.