Sorprendido por la Guardia Civil con casi 50 kilos de sardinas en el maletero de su coche particular. Las había comprado en la lonja de Burriana y, en lugar de transportarlas en un vehículo frigorífico adecuado, llevaba diez cajas, con hielo y agua, hasta su restaurante de Castellón. Mediterráneo asistió, en directo, al hallazgo, mientras se encontraba de patrulla junto al jefe de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USECIC), un grupo que da apoyo en labores de prevención. Los agentes dieron el alto al propietario del pescado en un punto de control y verificación de vehículos en Almassora, en el que se paró a decenas de coches con motivo de la celebración de las fiestas de Santa Quiteria. Registraron el turismo y, al hallar el pescado, alertaron al Seprona.

Los especialistas del Servicio de Protección de la Naturaleza del instituto armado revisaron el lote y lo fotografiaron, proponiendo al conductor del coche para sanción por motivos higiénico-sanitarios. “Ha roto la cadena del frío. Ese no es modo de transportar un alimento porque no cumple las condiciones adecuadas y, menos aún, si es para servirlo en un restaurante”, explicó uno de los efectivos del Seprona.

EN EL TALLER // Por su parte, el afectado, se lamentaba, asegurando a los guardias civiles, que era “la primera vez” y que llevaba las sardinas en el maletero porque tenía la furgoneta frigorífica en un taller reparándose. Al pedirle la documentación del coche, los agentes descubrieron que, además, tenía el seguro del vehículo caducado, por lo que también levantaron un acta al respecto. Según el afectado, su compañía de seguros había cometido “un error” al renovarlo, alterando las letras de su matrícula, motivo por el cual “aparecía sin seguro”.

“Pueden caerme de 6.000 a 9.000 euros de multa”, especulaba el afectado, aunque la Guardia Civil incidió en que es la Conselleria la que decide sobre la sanción económica, una vez recibe el acta de la Benemérita, los efectivos policiales no creen que la multa llegue a ser tan elevada. H