Los vecinos del grupo Venta Nova, situado en las cercanías de la cárcel de Castellón, pasaron ayer una tarde de angustia al iniciarse, sobre las 14.15 horas, un incendio en uno de los cauces del río Seco. Fueron los propios residentes los que avisaron a los bomberos, al detectar una densa columna de humo sobre sus hogares que se extendía rápidamente debido al viento de poniente y amenazaba con afectar a varias viviendas de la urbanización.

Hasta el lugar se desplazaron inmediatamente varias patrullas de la Policía Local de Castellón y un retén de los bomberos municipales, quienes al llegar observaron que las llamas afectaban sobre todo a huertos abandonados, matorral y cañar. Pese a ello, y debido a que el fuego se encontraba en una zona de difícil acceso y muy próxima a la carretera de l’Alcora (CV-16) y a la variante de la N-340, de inmediato solicitaron la colaboración de una brigada helitransportada dependiente de la Generalitat para que colaborase en las labores de extinción.

TRABAJO CONJUNTO // Mientras el helicóptero realizaba varias descargas de agua sobre la zona, los efectivos terrestres acotaron el fuego, evitando así que pudiera afectar a las casas de esta urbanización periférica, que se encuentran muy diseminadas. Es por ello que durante la tarde hubo momentos de preocupación por si el incendio se complicaba y algún vecino se había quedado en el interior de su domicilio. También se logró evitar que las llamas se propagaran en dirección a la CV-16 y la N-340, ambas muy transitadas durante la tarde.

Tras prácticamente tres horas de lucha contra las llamas, el operativo dio por controlado el incendio sobre las 17.30 horas. Pese a ello, una dotación de los bomberos municipales se quedó en el cauce del río para continuar con las labores de extinción y refresco, y así evitar que algún rescoldo pudiese reavivarlas.

Finalmente, el balance fue de cuatro hectáreas de huertos y cañar calcinadas, y no hubo que lamentar daños personales ni afectaciones a las viviendas.