Susto ayer en Segorbe y Azuébar por dos incendios. Unos 5.000 metros cuadrados de cañar, según datos del Consorcio Provincial de Bomberos, fueron pasto de las llamas poco después de las 16.00 horas en un fuego que se originó en la confluencia de los ríos Chico y Palancia, en la partida de Artel, en las proximidades de la estación depuradora comarcal de aguas residuales que recoge los vertidos de Castellnovo, Geldo, Navajas, Altura, la pedanía de Peñalba y Segorbe.

Por causas que en este momento todavía se desconocen, el incendio comenzó en la parte más baja del tramo afectado y fue evolucionando hacia el oeste, favorecido por el intenso calor que se registraba en la zona (31ºC) y el ligero viento de Levante que soplaba en el lugar.

Un helicóptero de la Generalidad y un Air tractor fueron esenciales en la lucha contra las llamas, ya que los efectivos terrestres apenas podían atajar el fuego entre la densidad de las cañas que dominan las riberas del río. También trabajaron en la extinción los efectivos del parque de bomberos de Segorbe, adscritos al Consorcio Provincial, dos unidades de bomberos forestales con dos autobombas, agentes de la Policía Local y de la Guardia Civil. Poco antes de las 18.00 horas, cuando el incendio de Segorbe había quedado prácticamente controlado, otro fuego se originó en un huerto de Azuébar, próximo al núcleo urbano, y uno de los aviones que se dirigían a Segorbe desvió su recorrido y se encaminó hacia el nuevo incendio.

Aunque las llamas solo afectaron a 1.000 metros cuadrados de matorral y cultivo, según informaron desde el SIAB, no se escatimó en medios desplazados para sofocar las llamas. Y es que el miedo a que el fuego de Azuébar, en plena Sierra de Espadán, se descontrolara era notable. Después del grave incendio forestal sufrido el pasado julio en Artana, que calcinó 1.600 hectáreas, nadie quiso correr riesgos.

Las llamas de ambos municipios, Segorbe y Azuébar, pudieron ser controladas y no se registraron consecuencias graves. H