Una vecina de los apartamentos La Siesta de Benicàssim, ubicados justo enfrente de donde se produjo el crimen del Eurosol, inculpó ayer a uno de los acusados de la muerte a tiros de un joven rumano de 21 años en el año 2000, en la segunda jornada del juicio que se celebra con jurado popular en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial.

La testigo fue la persona que descubrió el cadáver de la víctima, tirado en el suelo, junto a unos contenedores. «Oí las detonaciones y pensé que eran cohetes porque jugaba el Barça. Entonces vi a un chico correr y creí que iba a perder el autobús, pero se cayó al suelo y otro hombre se acercó a él, le gritó algo en tono enfadado y se marchó», recordó la mujer, a preguntas de la fiscala.

La benicense, que declaró protegida tras un parabán, aseguró que «no pensaba que el chico había fallecido, creía que se había caído» y bajó para ayudarlo. «Cuando me acerqué, vi que tenía los ojos abiertos y supe que estaba muerto». La testigo alertó a las autoridades y dijo a la Policía Local y a la Guardia Civil que un joven, ataviado con una gorra y una chaqueta de piel marrón, había salido corriendo.

Tras hacer una batida por la zona, los agentes localizaron a un hombre con esas características y lo detuvieron. «Era el mismo hombre. Me llamó la atención que llevara gorra de noche y en noviembre, y me fijé», sentenció ayer la vecina, refiriéndose a I.V.P., uno de los procesados, para los que la Fiscalía solicita la pena de siete años de cárcel por un presunto homicidio.

LA NOVIA DEL FALLECIDO / Por su parte, la novia del fallecido recordó que esa noche su pareja y los dos acusados salieron juntos a dar una vuelta. Ella aseguró que se quedó en casa porque no se encontraba bien. «De repente, llamaron al timbre y era I.V.P., que me decía que habían disparado a mi novio y que creía que estaba muerto», relató la mujer, quien bajó a la calle y se dirigió al lugar de los hechos.

«Recuerdo que vi una sábana ensangrentada y, entonces, reconocí sus zapatillas», destacó la joven, que renunció ayer a recibir una compensación económica.

Cabe recordar que los dos procesados, I.V.P. y G.B.L., señalaron a un encapuchado como presunto autor de los disparos durante su interrogatorio en la primera sesión. Hoy se practicarán las pruebas testificales de los forenses y especialistas en criminalística, con el análisis de los casquillos del arma homicida y las heridas mortales de la víctima. Asimismo, se hará referencia a los restos de plomo hallados en la mano izquierda de G.B.L., que fue una de las pruebas que motivó la reapertura del caso en 2010. H