Tensa primera jornada del juicio que celebra la Audiencia Provincial contra el conductor que en octubre del 2017 --cuando tenía 19 años-- arrolló mortalmente al castellonense Alejandro Carbajo, de 26 años, en la plaza María Agustina y se dio a la fuga sin auxiliarlo. La Fiscalía pide para él cinco años de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave y otro de omisión del deber de socorro, mientras que la acusación particular eleva su petición de pena de cárcel a diez años.

Dos testigos claves del suceso, que circulaban por la misma rotonda en la que tuvo lugar el trágico accidente y sí pararon para socorrer a la víctima, declararon durante la vista que el acusado iba «más rápido de lo normal». «Estábamos parados junto a él en un semáforo y cuando se puso verde, aceleró y se cambió a mi carril, obligándome a frenar para no chocar contra él», dijo la mujer. Su acompañante incidió en que el acusado hizo una arrancada «fuerte» y «se cruzó». Ambos aseguraron que vieron «volar» al peatón «por los aires» y sufrir un impacto seco contra el asfalto.

Diversos agentes de la Policía Local de Castellón, encargados de la investigación del accidente mortal, desfilaron por la sala, recordando sus intervenciones. Uno de los primeros en declarar puso de relieve que ya conocía al procesado de otras actuaciones previas y especificó que le había realizado pruebas de alcoholemia positivas. Un dato que ya adelantó Mediterráneo tras el arrollamiento, cuando se tuvo conocimiento de que el acusado había sido sorprendido en dos ocasiones triplicando la tasa de alcoholemia e, incluso, una de ellas careciendo de carnet, según confirmaron fuentes policiales.

Otro de los agentes municipales recordó que a su llegada al lugar, Alejandro Carbajo estaba «muy mal». «Tenía sangre en la boca y se estaba ahogando. Lo puse de lado y esperé a que llegara la ambulancia», aseguró. Los efectivos que siguieron la pista al vehículo huido y revisaron las cámaras de seguridad para intentar identificarlo, destacaron que cuando averiguaron quién era conductor y lo llamaron por teléfono este les colgaba. Los agentes localizaron el coche del atropello estacionado en la avenida Barcelona de Castellón, presentando el mismo algunos daños en la matrícula y los embellecedores. «El capó estaba limpio, lo habían lavado», incidieron. Uno de los policías logró, finalmente, quedar con el acusado para proceder a su detención. Desde su arresto, el joven se encuentra en prisión preventiva.

CULPA AL PEATÓN

El conductor negó ser el causante del atropello y acusó al peatón de haberse «abalanzado» sobre su vehículo. «No me dio tiempo de reaccionar», dijo el procesado, quien aseguró que no iba «a más de 40 km/h y no me cambié de carril», una versión que contradice a la de los dos testigos citados ayer en el juicio. «Me fui porque estaba en shock, aturdido y el miedo se apoderó de mí. Me arrepiento todos los días», manifestó en su interrogatorio. El juicio con jurado popular continúa hoy con las pruebas periciales practicadas.