La Guardia Civil investiga a un transportista, acusado de engañar a su empresa durante meses en el repostaje de un vehículo de la compañía. Y es que, según informó ayer la Benemérita, el hombre ponía gasolina y se quedaba con una parte del fuel, que se guardaba en garrafas, llegando a acumular 1.800 litros de combustible durante meses.

La actuación se inició con motivo de los servicios que la Guardia Civil tiene establecidos para la prevención de la seguridad ciudadana. En un control rutinario en les Alqueries, los agentes observaron a un camión que realizaba una maniobra sospechosa. Procedieron a dar el alto a dicho vehículo y, tras identificar a su ocupante y realizar una inspección del tráiler, hallaron en su interior cuatro garrafas de gasoil, posiblemente de ilícita procedencia --cabe recordar que está prohibido transportar fuel--.

Ante las contradicciones del conductor, los agentes iniciaron una investigación que dio como resultado la averiguación de que el transportista llenaba garrafas para su beneficio a cuenta de la empresa.