Dos bastones, un bate de beisbol, un cuchillo, una llave de las utilizadas para cambiar las ruedas del vehículo y una pata de una mesa a la que le habían colocado un tornillo en una de sus puntas para causar más daño. Esas son las seis armas que intervino la policía en el lugar en el que se produjo la reyerta mortal de Castelló el pasado sábado, y que apuntan directamente a la participación de varios autores y no un único homicida como ha insistido el único detenido hasta el momento, quien se entregó voluntariamente el lunes en el juzgado de guardia de València.

El arrestado, uno de los cinco hermanos a los que el grupo de Homicidios de la Policía Nacional buscaba por su presunta participación en el crimen, se encuentra ya en prisión provisional tras pasar ayer a disposición del juzgado de guardia de València.

Juan P. M., de 29 años y nacionalidad española, reconoció ante el juez ser el autor material de las heridas por arma blanca que sufrió la víctima, Ramón F. G., de 35 años, y alegó que actuó en defensa propia cuando éste comenzó a golpearle con una barra de hierro. «Fui yo solo», volvió a insistir una y otra vez, exculpando de cualquier responsabilidad a sus cuatro hermanos. De hecho, el presunto homicida confeso sostiene que el único que estaba presente era su hermano mayor, Ramón P. M., de 40 años, quien trató de sacarlo de allí ya que familiares del herido -no sabía que lo había matado- le golpeaban.

Posteriormente, llegaron sus otros tres hermanos y los cinco se subieron a un vehículo, modelo Opel Astra. El acusado de un delito de homicidio doloso asegura que huyó porque se asustó mucho, pero cuando estuvo a salvo en València acudió a entregarse.

discusión previa / El crimen se produjo a las 23.30 horas del pasado sábado en el barrio de Casas de la Breva de Castelló cuando la policía recibió un aviso de una reyerta. Al llegar al lugar localizaron a una persona tendida en el suelo con graves lesiones, entre ellas tres puñaladas en el cuello, el pecho y en un costado. Asimismo, una mujer de 65 años, madre del varón fallecido, presentaba un corte en la mano.

Según el relato que dio ante el juez el único detenido hasta el momento, todo comenzó por una discusión previa una hora antes con la expareja de su actual novia, quien se presentó en su domicilio y comenzó hacer reproches a la mujer y a causar destrozos, hasta romper la tele. Familiares de éste acudieron también a la casa, siempre según la versión del arrestado y que los investigadores ponen en tela de juicio, y le amenazaron de muerte. «Voy a llamar a mis hermanos para que te maten», afirma que le dijo.

MIEDO POR SU VIDA / Así, el Juan P. M. asegura que, al temer por su vida, cogió una navaja para protegerse. Estando ya en la calle, un primo del exnovio de su actual pareja, y que a la vez tiene una relación amorosa con la hermana del presunto homicida, lo atacó --siempre según su versión- con una navaja y un «hierro al que le enroscó una bola metálica».

En la trifulca a la víctima se le cayó el arma blanca al suelo, y el autor confeso afirma que cogió dicha navaja y con ambas le asestó varios navajazos para tratar de escapar. «Sentí miedo por mi vida», alegó ante el juez.

Los investigadores dudan, sin embargo, de la credibilidad de su relato y siguen ahora buscando a los otros cuatro hermanos para esclarecer lo ocurrido. Al cierre de esta edición, todavía no habían conseguido localizarlos.