Las fuertes rachas de viento de hasta 112 kilómetros por hora que azotaron ayer a la provincia provocaron cerca de una veintena de incidentes, la mayoría por caídas de árboles y persianas. Lo más significativo fue que el vendaval arrancó de cuajo el centenario Om del Llosar de Vilafranca. El árbol, que durante 200 años creció en el recinto de la ermita de la Virgen del Llosar, no soportó las rachas que en este municipio de Els Ports alcanzaron los 100 kilómetros por hora durante la madrugada del domingo.

L’Om del Llosar hacía años que no tenía vida. En el 2012 el árbol murió a causa de la grafiosis, una enfermedad que azota a esta especie en toda Europa. El consistorio decidió entonces mantenerlo por todo lo que significaba para la población y construyeron una estructura que permitía tenerlo en pie mientras pensaban en una solución definitiva. «Desde el Ayuntamiento pensábamos que esto podría suceder. L’Om se estaba pudriendo y el vendaval no ha dado otra oportunidad al monumento», explicó la alcaldesa de Vilafranca, Silvia Colom.

El Consorcio de Bomberos de Castellón atendió un total de 17 servicios relacionados con el viento. No hubo ninguna persona afectada y retiraron árboles caídos en Llucena, Onda, dos en Almassora, Segorbe, Cabanes, Vall d’Alba, Montanejos, l’Alcora, Orpesa y Benicàssim. También retiraron persianas con peligro de caer en la vía pública en Onda y aseguraron una farola en la Vall d’Uixó y Morella. En Nules, reforzaron las luces de Navidad ante el temor de que pudieran desprenderse, y en Orpesa y Benicarló retiraron planchas metálicas de los tejados. En la zona del Termet de Vila-real cayó un árbol de grandes dimensiones.

El vendaval parece que remite y la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ya no prevé riesgos para hoy en Castellón. La semana comenzará con temperaturas elevadas para esta época del año. De hecho, en la capital en los próximos tres días se registrarán máximas de hasta 20 grados y mínimas de entre 8 y 9 grados.