Las víctimas del falso médico gallego, José Manuel López Pérez --alias Coté--, y su socio vinarocense, Frederic Gisbert, comenzaron a desfilar ayer por la Audiencia Provincial y continuarán relatando sus historias hoy. «Coté diagnosticó a mi hijo una enfermedad degenerativa rara y me dijo que podía morir antes de los 20 años», relató una de las víctimas de la presunta estafa masiva de la clínica Estetic Medical Center. La mujer explicó a los magistrados que los acusados llegaron a proponerle un tratamiento con células madre por el que le pidieron 12.000 euros como «precio de amiga».

«A mí me hizo análisis, pruebas de tiroides y me dijo que mis alergias y asma podían derivar el diabetes», explicó la misma denunciante, a cuya hija menor también trataron Coté y Gisbert, según su declaración. «Mi hija tiene un trastorno por déficit de atención con hiperactividad y le inyectaban y sacaban sangre», aseveró la primera afectada.

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«En mi caso, me pincharon en la garganta y se me hinchó por completo, teniendo que acudir al hospital», dijo otro paciente. En la vista de ayer declararon, asimismo, los inspectores de Sanidad que acompañaron a la Guardia Civil en el registro de la clínica de Vinaròs. Afirmaron que allí había medicamentos «no autorizados» y «caducados».

Preguntados por el tipo de licencia de actividad con la que contaba el establecimiento, puntualizaron que únicamente era «de odontología y medicina estética», incidiendo en que no les estaba permitido realizar extracciones de sangre, autotransfusiones o intervenciones quirúrgicas.

«Para hacer transfusiones hay que ser médico y también para hacer tratamientos de homeopatía», destacaron los inspectores actuantes, que hallaron en el despacho de Federic Gisbert «un talonario de recetas sellado por la doctora rusa» e «historias clínicas que no venían firmadas por el médico que las había realizado».

En la segunda jornada de juicio declararon, asimismo, expertos académicos que analizaron la supuesta titulación de Coté. «La tesis doctoral que presentó en Sevilla era un plagio al 100% de un médico de Finlandia», dijo el catedrático que, según el relato del acusado, estuvo presente en la defensa de sus tesis en la isla de Monserrat. «Yo nunca he estado en ese lugar», concluyó.