Aterrador testimonio el que ofreció ayer en la Audiencia Provincial la exnovia de Antonio Tellado Gutiérrez, el hombre que se enfrenta a 29 años por raptar, apalear, agredir sexualmente y grabar desnuda a quien fue su pareja sentimental. El acusado cuenta con más de una treintena de antecedentes penales (entre ellos, uno por homicidio en los años 90 y una tentativa de homicidio cuando estaba en prisión) y tiene pendiente todavía el juicio por matar a su suegro (padrastro de la mujer que testificó ayer) en marzo del 2018 en el Grau.

Su víctima declaró ayer tras un parabán y lo acusó de darle palizas, obligarla a tener relaciones y amenazarla de muerte a ella y a su hijo de ocho años. «Me mandaba fotos mías con mi hijo y, acto seguido, otra imagen de una pistola. Me decía que si lo denunciaba, estaba condenando al niño a muerte», contó su expareja.

EL RELATO DEL RAPTO / Respecto al secuestro que sufrió y por el que ahora juzga a Tellado el tribunal de la Sección Segunda, dijo, llorando: «Me cogió en el portal y me llevó en un coche hasta la casa de su abuela, que estaba vacía. Me daba puñetazos todo el rato y me decía que me iba a dejar ciega e inválida». La víctima de violencia de género contó que sentía «temor» hacia Antonio Tellado y que lo creía «capaz de todo».

«Yo sabía que lo que decía lo cumplía y así lo hizo días después, matando al marido de mi madre, a un pobre anciano», lamentó la mujer, muy afectada.

Contó, asimismo, que su expareja la obligó a quitarse la ropa y que la grabó mientras mantenían relaciones sexuales forzosas para, posteriormente, chantajearla y decirle que todo el mundo vería esos vídeos. Relató, asimismo, que tras una paliza comenzó a sangrarle el oído y que él se negó a llevarla a un hospital. «Dijo que si me veían así sabrían lo que estaba pasando. Me metió en la bañera y me duchó con agua helada y luego con agua caliente hasta que me quemaba», explicó la testigo. El fiscal, por su parte, calificó estos hechos como de «tortura» durante el interrogatorio en la Audiencia Provincial.

La hija de la víctima también declaró ayer en el juicio oral. Contó que, aunque vivía en Tarragona, se trasladó a Castellón por miedo a que a su madre le pasara algo y que grababa las conversaciones en las que ella hablaba del maltrato como prueba, «por lo que pudiera llegar a pasar».

«Teníamos miedo. Mi madre me mandó fotos suyas con la cara llena de golpes y me contó que él la había secuestrado. Teníamos, incluso, un lenguaje secreto para que él no supiera de qué hablábamos», detalló la joven.

El acusado, que está en prisión preventiva desde su detención, se acogió a su derecho a no declarar. Se limitó a negar con la cabeza durante el relato de su ex y el tribunal le llamó la atención por su postura en el banquillo.