Vila-real experimenta la mayor subida provincial de la delincuencia con más peleas, robos de coches, hurtos y delitos de tipo sexual. El municipio suma en el primer semestre del año un 23% más de infracciones penales que el pasado 2018 (de 603 a 742), según el reciente balance de la criminalidad del Ministerio del Interior, relativo a las localidades de más de 30.000 habitantes.

La cifra de Vila-real contrasta con la de Castelló (apenas aumenta un 2%), la Vall d’Uixó (6%) y Burriana (9%). También dista mucho de la variación interanual de la provincia, que es del 0,1%.

Los delitos de lesiones se han duplicado en un año y las sustracciones de vehículos han pasado de tres a 19 en Vila-real.

Los sindicatos policiales vinculan el incremento de la delincuencia a la falta de medios y es que, según afirman, en la actualidad la plantilla de la Policía Nacional cuenta en el municipio con 75 efectivos. «Los estándares del Ministerio del Interior dicen que, por población, a Vila-real le corresponderían 101 agentes», lamentan desde la Unión Federal de Policía a este periódico.

«Necesitamos más personal. El equipo de la Ufam (Unidades de Atención a la Familia y Mujer), encargado de los casos de violencia de género, solo cuenta con dos miembros, que se deben ocupar de proteger a más de 70 víctimas. Además, a diferencia de la comisaría de Castelló, aquí esa unidad no cuenta con investigación, solo con policías para seguimiento de los casos», dicen.

INSTALACIONES / Pero las quejas sindicales no solo se centran en los medios humanos, sino también en los materiales. «La comisaría está totalmente desfasada, hay falta de mobiliario y en la misma planta tenemos los calabozos, al lado de la oficina de denuncias y de la zona donde se renueva el DNI», afirman. «En la Ufam de Vila-real, además, hemos estado un año reclamando que se cambiara una simple mesa. La situación debe mejorar», recuerdan a este diario.

Estas quejas se suman a las vertidas el pasado año por el Sindicato Unificado de Policía (SUP), también relativas a la Ufam. En la capital de la Plana, hace ahora un año esta unidad tenía asignada la protección de 225 mujeres --75 por agente--, mientras en Vila-real la ratio llegaba casi a 80 --con 160 casos para dos agentes--.

La falta de recursos de este grupo especializado en violencia machista salió a debate tras el doble parricidio de dos niñas de dos y seis años de Castelló, un crimen que conmocionó a la provincia en 2018 --su padre, Ricardo Carrascosa, estaba denunciado por amenazas graves a la madre y se suicidó tras asesinar a las niñas mientras dormían en su casa--.