Miguel López, único procesado por el asesinato de su suegra María del Carmen Martínez, viuda del expresidente de la CAM, Vicente Sala, dijo ayer que anímicamente no se encuentra preparado para declarar. La magistrada Francisca Bru le preguntó si tiene algún informe sobre su estado psicológico a lo que la defensa le respondió que no es una alegación médica sino que se informa que su estado es frágil.

Por su parte, el abogado de Miguel López, Javier Sánchez-Vera, aseguró que su cliente no se encuentra, tras estos tres años, en buen estado anímico y que en estos momentos lo más prudente es no dar más baza a las acusaciones que se han apoyado en olvidos en las declaraciones de López para mantener la acusación. Según el letrado hay más de veinte indicios en la causa que exculpan al yerno de María del Carmen Martínez del asesinato, pues ni en el registro, ni en las pruebas de ADN, ni en el análisis de los dispositivos informáticos del acusado se hallado prueba que le incrimine. Recalcando que esas pruebas le exculpan. El letrado insistió ayer en que en este caso la policía y el fiscal se han equivocado al señalar a Miguel López como el culpable del crimen.

MÁS DECLARACIONES / En la sesión declararon dos testigos: el trabajador del lavadero donde ocurrió el crimen y un comercial del taller, que explicaron, a preguntas del fiscal, que el empleado era quien entregaba el coche a la víctima cada vez que lo llevaba pero, en esa ocasión, Miguel López dijo que se lo daría él mismo.

El trabajador afirmó no recordar a qué hora estaba el coche lavado y listo para la entrega y confirmó que fue él quien le dijo a la administrativa que llamara a María del Carmen para recogerlo.

Por su parte, a preguntas de la acusación particular, tanto el trabajador del lavadero y el comercial dijeron no recordar si en alguna ocasión López había entregado el coche a su suegra o a algún cliente y negaron tener algún problema con la víctima o saber disparar una pistola.

A preguntas de la defensa, el trabajador confirmó que en los días previos María del Carmen se había quejado de que el coche no estaba bien lavado, aunque no sabía si esa podía ser la razón por la que López se lo entrego.