La noticia del fallecimiento de un agricultor como consecuencia del ataque de un grupo de perros en la Vall d’Uixó creó ayer consternación en la localidad y, a su vez, avivó una alarma ya existente, dado que, como ha podido saber Mediterráneo, constan al menos dos denuncias por ataques muy similares en el entorno del camino Miramar, donde se produjo el suceso que acabó con la vida de I.C.P., de 70 años de edad.

El más grave de los ataques anteriores tuvo lugar hace varios meses, cuando un hombre, en circunstancias parecidas, se vio sorprendido por varios perros que llegaron a morderle. En su caso, pudo salvarse del mismo desenlace trágico al poder encaramarse a un árbol. Con todo, tuvo que ser hospitalizado para ser atendido de las heridas sufridas.

OTROS ASALTOS / El resto de encuentros con canes sueltos y agresivos en este entorno rural, muy conocido en el municipio porque facilita el acceso a parajes tan populares como la Cova dels Blaus o la Font de la Cervera, no han tenido consecuencias tan importantes, pero sí que han despertado la inquietud de quienes los frecuentan. De hecho, este periódico ha podido hablar con uno de los heridos, un vecino que sufrió una mordedura en una pantorrilla cuando participaba en una marcha organizada por una asociación cultural local. Según su relato, en un punto determinado de la ruta se encontraron con dos perros que «empezaron a ladrar». «Yo iba al final del grupo y cuando pasé por delante de ellos, me atacaron». Este vecino interpuso denuncia ante la Policía Local y, después, en la Guardia Civil.

Semanas antes, otro excursionista tuvo que rescatar a su mascota ante otra probable agresión de unos animales sueltos.

MUCHAS COINCIDENCIAS / Los afectados parecen tenerlo claro. Estas agresiones caninas tienen que ver, según aseguran, con un refugio que existe en la zona en la que se están concentrando todos los incidentes. De hecho, el propietario de la finca está a la espera de juicio por el ataque al hombre que se salvó hace meses. No obstante, las autoridades responsables de la investigación ni confirman ni descartan que todos estos casos puedan estar relacionados, aunque existen muchas coincidencias entre ellos.

Entre ellas, la descripción que los testigos dieron a la Policía Local sobre el aspecto de dos de los canes que acabaron con la vida de I.C.P. «Uno era blanco y negro, y el otro color canela», explicó ayer un portavoz municipal.

La alcaldesa, Tania Baños, informó de que las pesquisas han quedado en manos del Seprona y la Policía Judicial, dada la gravedad de los hechos. A su vez, confirmó que la Policía Local seguirá extremando la vigilancia de la zona para prevenir nuevos ataques e intentar localizar e identificar a estos agresivos perros «para saber si tienen propietario y en su caso, exigir responsabilidades».