La Audiencia Nacional inicia hoy el proceso que estudiará si, como denunció la Unió de Periodistes Valencians, las bolsas de trabajo temporal utilizadas para poner en marcha À Punt vulneraban «el principio de igualdad» al favorecer en exceso a los trabajadores de la antigua radiotelevisión valenciana (RTVV). El juicio es solo uno más de los muchos obstáculos que han tenido que afrontar los nuevos medios públicos valencianos, que han vivido un amargo primer aniversario. El abrupto y traumático cierre de Canal 9, que impulsó el Partido Popular en noviembre del 2013, dio paso a casi cinco años de vacío, pero las esperanzas depositadas en el nuevo proyecto, de momento, apenas se han cumplido, lo que deja abierto posibles cambios de enfoque y dirección.

2% DE ‘SHARE’ // El 10 de junio del año pasado arrancó oficialmente la nueva televisión de la Comunitat Valenciana (unos meses antes lo había hecho la radio), y un año después À Punt ha cerrado junio con un pírrico 2% de audiencia como farolillo rojo en la lista de las teles autonómicas, muy lejos de la media del 8%. El contrato-programa del ente establece la audiencia mínima en el 1,9%. Más allá de los números, es evidente que sus informativos no se han convertido en referencia.

Pero ni llegar a consolidar ese porcentaje ha sido fácil. De hecho, en febrero tuvo reponer L’ Alqueria Blanca, la serie de más éxito de Canal 9, para impulsar una audiencia que mejoró algo con las Fallas y los debates electorales. Pero sobre todo tuvo su mayor pico con la celebración del título de Copa del Rey del Valencia CF. Un menú bien parecido al de su criticada antecesora.

Esos índices y otros como el ingreso de poco más de 800.000 euros en publicidad (frente a los cuatro millones previstos en estos primeros doce meses), han lastrado la evaluación de Empar Marco, en la dirección general.

APROBADO RASPADO // Elegida en febrero del 2017 en un proceso abierto por el Consejo Rector, la exdelegada de TV-3 en la Comunitat acaba de ser evaluada por su labor al frente del ente y ha pasado el examen con más pena que gloria. El 5,9 que le otorgaron parece suficiente para poder agotar su mandato hasta marzo del 2020, pero le otorga poco crédito para revalidarlo por otros tres, tal como permite el reglamento.

Según el baremo, una puntuación entre el 5,1 y el 8 supone haber cumplido los objetivos, pero «por debajo de las expectativas». Para cumplirlas, su nota tendría que haber estado entre el 8,1 y el 9, y para superarlas, desde esa cifra al 10. La propuesta de Marco de programación para otoño necesitó tres reuniones y varios cambios sobre la propuesta inicial para que fuera aprobada.

Desde la dirección de À Punt llevan meses tratando de que Les Corts incrementen el presupuesto de 55 millones que tienen asignado (tres décimas menos del 0,3% del general de la Generalitat que en teoría es el mínimo legal). Esa cifra le sitúa en la sexta posición general, aunque bastante más retrasado si lo que se mide es la inversión por habitante. Las gastos fijos apenas dejan margen para la inversión en programas.

MAGACÍN CANCELADO // A la falta de recursos (y a que de ese mismo presupuesto salen la radio y la web) se achaca que este verano la cadena haya echado el cierre a El Matinal, el magacín de sus mañanas y uno de sus buques insignia. No hay seguridad de que regrese en septiembre y las productoras (la programación está externalizada salvo los informativos) comienzan a preocuparse.

Algunas interpretaciones de los informes de la Intervención y Sindicatura de Cuentas apuntaron a una posible quiebra técnica, pero desde la Corporació Valenciana de Mitjans de Comunicació (CVMC) y la propia Conselleria de Hacienda se descartó por completo ese panorama.

Mejorar las audiencias, los ingresos publicitarios, la penetración social o la influencia son algunos de los muchos deberes que tiene ante sí À Punt, que además teóricamente debe convocar las oposiciones para configurar su plantilla definitiva, algo que debería hacer en pocos meses.