Los servicios globales de 'streaming' no solo están potenciando la producción de muchos países donde se establecen, sino, en algún caso, incluso echando por tierra normas sobre la clase de historia que se puede contar en ellos. Es el caso de la India, donde las películas tradicionales y la televisión terrestre o por satélite han de pasar por el filtro conservador de la Junta Central de Certificación de Películas (también conocida como Junta de Censores), pero no lo que producen los servicios de 'streaming'.

De esta posibilidad favorable y liberadora, desde septiembre eliminada en Turquía, ha surgido un pequeño grupo de series atrevidas e incluso incómodas, en las que se abordan sin miedo las encrucijadas sociales y morales de un país donde tradición y progresismo chocan salvajemente. Aquí citamos cinco de ellas (bueno, una es solo placer culpable), en su mayoría sin muchas reseñas más allá de la prensa india.

1. 'Juegos sagrados', ambiciosa y conseguida

La primera e impactante serie india de Netflix. Para llevar a la pantalla la novela de Vikram Chandra (editada en España por Literatura Random House) hacían falta recursos, y aquí no se escatimó una rupia: 'Juegos sagrados' es una lujosa, vibrante, a menudo espectacular saga criminal con saltos a momentos clave de la historia más o menos reciente del país, como el asesinato de Indira Gandhi o la demolición de la mezquita de Babri Masjid. El director Anurag Kashyap ('Gangs of Wasseypur') aportó su estilo cinético a la primera temporada, mientras que la segunda, algo más innecesaria, está dirigida en su integridad por Neeraj Ghaywan ('Masaan'). Disponible en Netflix.

2. 'Hecho en el cielo', bodas y prejuicios

¿Una serie sobre una agencia de bodas? ¿Puede salir algo bueno e incluso rompedor de ello? Así es. Las directoras y guionistas Zoya Akhtar y Reema Kagti se sirven de una institución tan conservadora como el matrimonio para arrojar luz sobre el cambio social en la India del siglo XXI. O mejor aún, recordar todo lo que queda por hacer. Los amigos Karan (Arjun Mathur) y Tara (Sobhita Dhulipala) se dedican a arreglar, además de bodas, vidas, pero se olvidan de reparar las suyas propias. Él es gay medio en secreto y quiere dejar de ocultarse. Ella, de extracción humilde, sufre los desplantes de un marido obscenamente acaudalado. Dramas reconocibles para el público (no solo) local. Disponible en Prime Video.

3. 'Leila', el cuento indio de la criada

La directora indiocanadiense Deepa Mehta, antigua favorita de festivales, es productora ejecutiva y directora (de los dos primeros episodios) de esta especie de respuesta india a 'El cuento de la criada'. Basada en una novela de Prayaag Akbar, se sitúa en el 2047 en una nación ficcional, Aryavarta, cuyo gobierno autoritario apresa a los niños de raza mixta y envía a sus madres a centros de internamiento para su purificación. En un entorno superpoblado de historias masculinas, 'Leila' se atreve a explorar la tortuosa odisea de una de estas madres, Shalini (Huma Qureshi, vista en 'Gangs of Wasseypur'), en busca de la hija titular y también de sí misma. Disponible en Netflix.

4. 'Delhi Crime', crónica negrísima de un caso real

Quizá la mejor serie de nuestra selección, esta creación de Richie Mehta (sin relación con Deepa) recorre los seis días de investigación policial que siguieron a la violación colectiva de una joven en un autobús en Delhi Sur en el 2012. Inspirado en expedientes judiciales, es un procedimental minucioso, equilibrado en su tratamiento de la emoción (como subjefa de policía, Shefali Shah llena la pantalla sin alardes) y de los puntos de vista. La cuidada fotografía de Johan Heurlin Aidt (cámara de la unidad de David Fincher en 'House of cards') o la excelente música electrónica de Andrew Lockington dan empaque a una experiencia tan cruda como sublime. Disponible en Netflix.

5. 'Breathe', momentos de dislate

Esta serie criminal no es realmente buena, sino tan mala que es buena. Se recomienda (tratar de) verla solo tras haber degustado las anteriores o si hace falta algún antidepresivo natural. 'Breathe' cuenta, de la forma más risible posible, las historias convergentes de un padre dispuesto a todo por salvar a su hijo (incluyendo matar a futuros donantes de órganos) y de un policía autoparódicamente torturado en busca de redención. Se acumulan los momentos extraños, como cuando el padre lee a su hijo un libro de 'Harry Potter', pero lo que tiene en sus manos es claramente otra cosa, una especie de librillo ilustrado de cuentos para bebés. Aviso para navegantes: no hay subtítulos en español, pero sí en inglés. Disponible en Prime Video.