La actriz ganadora del Oscar por 'El piano' se une a 'Succession' en el papel de Rhea Jarrell, presidenta de un grupo mediático que Logan Roy (Brian Cox) quiere absorber a toda costa. La veremos, más o menos, a partir de mitad de temporada. Hunter ya conocía la televisión: estuvo en 'Top of the lake', la miniserie 'Bonnie & Clyde' u otra serie reciente de HBO, la efímera 'Here and now'.

¿Cómo va la experiencia de 'Succession', por ahora?

Es un placer ser parte de una serie tan bien escrita. Jesse Armstrong tiene una idea específica de lo que quiere y, además, sabe comunicarlo a todo el equipo. Por eso la serie tiene esa claridad de tono; el tono es muy particular, y ha ido mejorando conforme la serie avanzaba.

¿Cómo describiría usted ese tono?

Sobre todo, satírico. Pero el sentido del humor de la serie ha ido evolucionando y sigue haciéndolo, cogiendo formas muy divertidas para los actores. Ese humor te permite sentir apego por la familia.

¿Cómo impactará su personaje en los Roy?

Mi personaje, Rhea Jarrell, es la presidenta de un gigantesco conglomerado mediático. Una compañía legendaria, muy liberal, con estatura social. Siente curiosidad por Logan Roy y cómo es personalmente, y por saber cómo se mueve en el mundo de los medios, aunque sea de sobras conocido.

¿Será una oponente?

Será las dos cosas, una oponente y una amiga. Es complicado.

Una de las películas más queridas en que ha participado es 'Al filo de la noticia'.¿ En qué se parece Rhea Jarrell a la idealista productora Jane Craig?

En que ambas están metidas en los medios. Eso es: solo los medios. Creo que ahí acabaría la comparación!

¿Había visto 'Succession' cuando se la ofrecieron?

No había visto la primera temporada. La vi y me pareció muy entretenida, muy emocionante. Me gustaba seguir a los Roy. No porque me cayeran bien; simplemente me parecían atractivos, todos y cada uno de ellos. Les faltan tantas cosas en la vida que solo puedes tener empatía hacia ellos, aunque sus actos sean despreciables.

¿Rodar una serie supone una importante inversión de tiempo. Ha de pensárselo más que con una película?

Cada clase de proyecto tiene sus exigencias. También sus ganchos. No sabría decir qué deja más huella, si una película o una serie. La gente recuerda mucho la hora y media que pasó con una historia cinematográfica. Pero luego también tiene grandes experiencias, muy viscerales, viendo 'Juego de tronos' o 'Los Soprano'. Con las series, siempre hay cosas que no sabes y debes confiar en el 'showrunner'. Que en este caso es Jesse, alguien con un firme punto de vista sobre la historia que quiere contar. Tenemos suerte de estar bajo los auspicios de Jesse, que pese a ser muy líquido e impulsivo, impetuoso, tiene una visión clara de hacia dónde quiere llevar la historia. Opera en dos niveles a la vez, algo que no saben hacer muchos guionistas. Él nos ve y cambia la historia a partir de lo que está experimentando con cada personaje.

¿Ha tenido la oportunidad de aportar mucho de cosecha propia?

Un poco, pero tampoco algo tremendo. Todos nosotros, como actores, nos acercamos al guion con respeto. Jesse es un verdadero escritor y respeto cómo coloca las palabras sobre la página.

¿Cómo digirió la cancelación de 'Here and now', su anterior serie con HBO?

Es triste que no funcionara. Por muchas razones diferentes, imagino. Pero mi experiencia haciéndola fue estupenda. Me encantó trabajar con Alan Ball. Es un guionista dotado, y como Armstrong, un auténtico escritor.

Era una serie muy valiente en muchos aspectos, como en su descripción de la vida íntima de una pareja madura.

Sí, eso era muy interesante. Alan tiene un gran sentido del humor. Eso se manifestaba también en su descripción de la vida de esa pareja. La serie fue un experimento. Como la curiosa familia que la protagonizaba.