La zona, nueva serie original de Movistar+, marca un punto de inflexión en la ficción televisiva hecha aquí. Es una serie de inusual delicadeza de matiz, adulta, tensa pero paciente, y que confía en la capacidad de las imágenes para contar cosas. Es un thriller bien armado a la vez que un drama humano, pero creíble, sin subrayados musicales ni épica de sobremesa. Es esa clase de serie que muchos amantes de la narrativa serializada queríamos ver hecha aquí algún día. Desde hoy estará disponible en VOD y cada jueves habrá nuevo episodio en #0.

Serán ocho en total, siguiendo la tendencia de temporadas breves que puso de moda la tele británica y a la que HBO se sumó a conciencia con la primera temporada de True detective. Como aquella, La zona cuenta con un único director, Jorge Sánchez-Cabezudo, cocreador y coproductor junto a su hermano Alberto; la pareja detrás de la interesante pero menos fluida a nivel de diálogo Crematorio.

El título hace referencia a la Zona de Exclusión establecida en torno a una central nuclear del norte de España tras la explosión de un reactor. Del primer grupo que acudió en socorro solo salió con vida el inspector Héctor Uría (Eduard Fernández), quien, tocado por el sentimiento de culpa por sobrevivir y arrastrando una tragedia familiar, regresa para investigar la aparición de un cadáver en la zona.