Máximo Huerta, escritor, periodista y exministro de Cultura, cree que" la sobreinformación no es sana porque al final no informa sino que alarma" y, por eso, cuestiona que se haya sustituido el programa que presentaba en TVE por avances informativos: "Hay que tener un menú variado, en la comida y en los medios de comunicación; si ha sido un error o no, ya lo verán ellos con el tiempo".

Huerta reconoce en una entrevista con Efe que fue "un disgusto" salir de TVE, donde presentaba 'A partir de hoy', un programa que "era una ventana de oxígeno, de modernidad, de frescura". El pasado 11 de mayo anunció en Twitter que la aventura televisiva llegaba a su fin y emplazó a sus seguidores a la salida de su nueva novela 'Con el amor bastaba' que, publicada por Planeta, llega hoy martes a las librerías.

"No me quiero quejar en este momento de nada en un país en el que hay casi 30.000 muertos, millones de parados, gente que no se ha podido ni despedir de sus familias, que entregaron un enfermo y les dieron un muerto... no me voy a quejar de nada porque soy un afortunado incluso habiendo perdido el trabajo, un trabajo que me gustaba, me encantaba el programa, me encantaba trabajar en TVE, los colaboradores. El programa subía mes a mes de audiencia", sostiene Huerta (Utiel, Valencia, 1971).

E insiste en que la decisión le ha hecho daño, sobre todo, por el equipo del programa: "No creo que sea muy bonito ni muy elegante cerrarlo en plena pandemia", sostiene el periodista que explica que la dirección "ha decidido que prefería ahora hacer avances informativos." Pero advierte de que "la sobreinformación no es sana, porque al final no informa sino que alarma".

Un niño volador

El periodista y escritor está volcado ahora en la promoción de su novela que este martes "empieza a volar", como su protagonista. Porque el libro cuenta la historia de Elio Ícaro, un niño que descubre que tiene la capacidad de volar y del debate al que se enfrenta entre querer ser igual a los demás y el deseo de libertad.

Una novela en tono de fábula, "un canto a la necesidad de ser feliz reivindicando el valor de la diferencia frente a la normalidad", explica Huerta, que agrega: "Todos somos raros porque todos somos únicos".

"El libro habla de volar, de quitarnos el plomo de las piernas, de ser lo que queremos ser", insiste el autor. Una novela que comenzó a construir tras su salida del Ministerio de Cultura y Deporte, del que fue titular durante seis días en 2018, convirtiéndose en el ministro más breve de la democracia. Viajó a la Toscana e inició esta histora porque, recuerda, necesitaba "llenar el vacío" y escribir un libro "que fuera evasión".

El valor de la cultura

El exministro subraya el papel de todos los sectores de la cultura y confía en que, cuando pase la pandemia, toda la sociedad recuerde la importancia que tuvo en estos meses: "La cultura es lo que nos ha entretenido, lo que nos ha llenado las horas, lo que nos ha quitado el dolor durante todo este tiempo", recalca.

Un tiempo en el que ha echado de menos la empatía y que se olviden las diferencias : "Seré muy naif, pero me habría encantado una rueda de prensa con Sánchez, Casado, Arrimadas... todos juntos en una rueda de prensa escueta, discreta, de pocas palabras diciendo que nos va la vida en esto. Me habría encantado porque esto habría eliminado el 'guerracivilismo' de cacerolas frente a aplausos, de mentira frente a verdad; y de enfrentamiento constante en el que se nos olvida que han muerto miles de personas".

Y considera que el "ruido" no es solo de los políticos, sino también de los medios de comunicación y de los ciudadanos, "de la polarización peligrosísima en la que nos encontramos".

"Cada uno se pone detrás de su líder como si esto fuera 'Braveheart' o una película de romanos", dice el escritor, que destaca la necesidad de tender puentes y ser "menos tercos" porque "los muertos no tienen color, no tienen bando; es lo primero que deberían haber pensado todos, que no tienen ningún carné, que son de todos, son españoles y frente a eso lo mejor es la unidad".

Por eso, vuelve a su novela, que cree "profética", y apuesta por "quitarnos el plomo de las piernas, para ser más ligeros, para ser más felices".