Finalizadas en La Sexta las temporadas de El objetivo y ¿Dónde estabas entonces?, Ana Pastor (Madrid, 1977) pasa el verano aprovechando al máximo el tiempo con sus hijos, si la actualidad se lo permite.

-Usted lidera Newtral, una empresa que, entre otras cosas, se encarga de detectar las ‘fake news’ para compañías como Facebook. ¿Cómo lo hacen?

--Hay que invertir tiempo y talento. Para el discurso político, nuestro equipo de verificación está formado por 12 periodistas que hacen una escucha diaria de entre cuatro y seis horas de todo lo que dicen los políticos en entrevistas, ruedas de prensa, redes... De ahí hay que distinguir lo que es verdad o mentira basándonos solo en datos. Pero además de política, hay otros muchos otros temas que se viralizan.

-¿Se puede ser infalible?

--Nadie lo es. Pero los filtros que hemos establecido, verificando cosas que se pueden verificar y no opiniones, hace que el margen de error se reduzca. Y cuando no lo tenemos claro no somos categóricos y siempre decimos: «Te explicamos lo que sabemos de este tema». Siempre me preguntan quién verifica al verificador. Evidentemente, la gente, a la que le damos los datos para que luego saque sus conclusiones.

-Es una de las periodistas de referencia, lo que conlleva también muchas críticas. ¿Cómo lo vive?

--Lo que pido es que se me juzgue por mi trabajo. No hay una extraña motivación detrás de cada palabra. No creo en las teorías de la conspiración ni aplicadas a mí ni a nadie. Acierto y me equivoco, como todos, y si tengo un error me gusta que me lo digan porque de las críticas se aprende.

-¿Ha sufrido muchas veces las presiones políticas?

--Muchas. Recuerdo en TVE un político del PP al que iba a entrevistar y, justo antes, me mandó un mensaje advirtiéndome de mi futuro si le preguntaba de ciertos temas. Luego ocurrió lo que todo el mundo sabe, que salí de TVE. Las presiones forman parte de la relación tóxica que, en muchos casos, los políticos entienden que tienen que tener con los periodistas. La clave es si te dejas vencer por ellas o no. Pero tengo la suerte de trabajar en La Sexta y en Newtral, donde las presiones se paran desde arriba.

-¿Cómo pasa el verano?

--Como todos los veranos, pendiente de la actualidad.

-¿Ni en verano descansa?

--Lo que no hago es desconectar. Descansar sí, y sobre todo quiero estar más con nuestros hijos, que tienen ya 8 y 17 años. Soy una madre muy presente, pero siempre creo que puedo serlo más.

-¿Ana Pastor también sufre el síndrome de culpabilidad de las madres trabajadoras?

--¡Claro! En lo que más me cuestiono no es en mi papel como periodista, que también está muy presente, sino en el de madre. Hasta qué punto aciertas o te equivocas en tus decisiones y consejos. Eso me preocupa, porque al final los hijos suelen ser un reflejo de lo que ven, así que yo trato de medirme mucho. Soy una madre muy exigente, a veces me pregunto si demasiado.