Se ha resaltado como un fenómeno mundial, como una cosa nunca vista, que un niño de 3 años, Hugo Molina, haya ganado la actual edición de Got talent (T-5). En efecto, es un suceso de gran magnitud televisiva. Hugo, a pesar de su cortísima edad es especialista en tocar con tambor las marchas de los pasos de Semana Santa. En esta final del concurso interpretó el villancico Campana sobre campana, y ha sido un acontecimiento de tal intensidad que ha conseguido para la cadena el minuto de oro del día, del mes, y posiblemente de todo el año: una cuota de pantalla del 45,2%, cifra solo parangonable con una final de la Champions.

Pero al margen de esta gesta, y de la simpatía que ha concitado Hugo, a mí me parece todavía más extraordinario, más noticiable, que por primera vez en la historia de este concurso haya aparecido un obispo en él. No era un señor disfrazado, era un obispo auténtico. Concretamente monseñor Luís Argüello, obispo auxiliar de Valladolid y Secretario de la Conferencia Episcopal Española. Fue una intervención grabada, pero no menos apoteósica. Este monseñor le comunicó a Hugo, oficialmente, que el papa Francisco, después de fiestas, le recibirá en El Vaticano. Y que no se olvide de llevar el tambor, y los palillos también. ¡Ah! Luis Argüello es un obispo singular. Tiene ideas propias. Algunas tremendas. La última vez que saltó a las primeras paginas de diarios e informativos fue poco antes de las elecciones del 28-Abril. Salió en defensa de las Terapias para curar la homosexualidad, que organizaba la diócesis de Alcalá de Henares. Argüello advirtió, apoyando los tratamientos que allí se practicaban: «La homosexualidad no tiene curación médica, pero sanación espiritual, sí». ¡Ah!

Después de la intervención de monseñor, el programa hizo salir, como fin de fiesta, al célebre youtuber El cejas. Interpretó su trap más famoso, titulado Dembow el pimpin: «Te meto dos placas y te noqueo / Cuidao, cuidao, que te meto una ensalada de tibias que vas a ver las estrellas / Pimpin / Que te meto / Que te meto un marmitaco en los piños que te tumbo / Pimpin». Hombre, quizá sería conveniente invitar al Vaticano también a El cejas. Cada vez que aparece en Got talent consigue unas altísimas audiencias. Como youtuber tiene más de 20 millones de visualizaciones. El obispo Argüello debería meditarlo seriamente.