No forma parte del selecto conjunto integrado por Juego de tronos, El Cid, Chiringuito de Pepe o Calabuch. No se rodó ni un solo plano con las playas o las almenas del castillo como fondo. Pero Peñíscola ha tenido algo que ver en la gestación de la tercera temporada de La casa de papel, la serie que nació en Antena 3 y que se ha convertido en un fenómeno mundial gracias a Netflix. La fecha del 19 de julio estuvo marcada en la mente de miles de personas, que desde primera hora de la mañana dejaron de acudir a la playa o la piscina para verse de un tirón las evoluciones de la banda de atracadores comandadas por El profesor. Y para satisfacción de sus seguidores, el coordinador de guionistas, Javier Gómez Santander, detalló a través de mensajes en Twitter cómo fue la gestación de las tramas de la producción.

«Siguiente viaje. Álex (Pina, el creador de la serie) me esperaba en Peñíscola. Era domingo, hacía calor y mi coche se quedó tirado en una gasolinera abandonada... Pero mientras le echaba aceite me vino una frase a la cabeza: ¿Sabés cuál es el auténtico patriarcado? El que tengo aquí colgado. Mereció la pena». De este modo, los espectadores pudieron saber que las trepidantes situaciones de una serie de acción no siempre surgen en un aséptico despacho de capital (según detalló Gómez, recorrieron casi medio mundo), y encima una de esas paradas fue la ciudad en el mar.

No es esta la única conexión entre Peñíscola y la producción de la N roja. La empresa que idea La casa de papel, Vancouver Media, cuenta entre sus principales directivos a gente que estuvo en series rodadas en la ciudad del Baix Maestrat. Álex Pina estuvo vinculado a El Barco, y Jesús Colmenar dirigió varios episodios de la exitosa serie de Telecinco Chiringuito de Pepe.