"Es el cuarto funeral al que he ido este mes", le dice el viudo Norman, interpretado por Alan Arkin, a su inseparable amigo Sandy (Michael Douglas) en 'El método Kominsky'. "A nuestra edad, eso es tener vida social", le responde sarcástico su compañero de fatigas en el primer episodio de la segunda temporada de la serie, estrenada en Netflix hace tan solo unos días. Desde la ya lejana 'Las chicas de oro', la televisión no había dado tanto protagonismo a la tercera edad como hasta ahora, donde la amplia oferta de las plataformas de 'streaming' ha propiciado que la ficción de la pequeña pantalla haya puesto su punto de mira en algunos personajes que han pasado ya la edad de jubilación, pero que todavía tienen mucha guerra que dar. Definitivamente, la series también son para viejos.

Puede que la comedia sobre el profesor de interpretación encarnado por Douglas y su amigo y representante sea, a día de hoy, el mayor exponente a la hora de sacar punta a la tercera edad, con los achaques de los gruñones protagonistas y sus constantes referencias, cargadas de mala leche, a la soledad, la frustración profesional y las incertidumbres vitales. "Los dos nos caemos a cachos", bromean en una escena los personajes, que también sufren sus tribulaciones sexuales. Mientras que uno sale a comprar suplementos para la próstata con el nuevo (y sexagenario) novio de su hija treintañera, el otro está aterrado con la idea de volver a acostarse con una mujer ahora que su esposa ha muerto después de casi 50 años de matrimonio. "¿Y si ya no me funciona? Seguro que está oxidada", se lamenta.

Pero la serie creada por Chuck Lorre ('Dos hombres y medio', 'Roseanne', 'The Big Bang theory'), ganadora del Globo de Oro a la mejor comedia televisiva, no es la única ficción con unos personajes con unas cuantas décadas a sus espaldas disponible en Netflix. También está 'Grace & Frankie', con las fantásticas Jane Fonda y Lily Tomlin que, a sus 81 y 80 años, dan vida a dos mujeres de lo más distintas que, justo cuando creen que sus maridos les van a anunciar su jubilación, son abandonadas por sus esposos, que llevan 20 años de idilio homosexual en la sombra. Sus desventuras enfrentándose a una nueva vida de soltería están dando mucho de sí, con una sexta temporada pendiente de estreno y una séptima ya confirmada.

UNA JOYA OCULTA

La misma plataforma de 'streaming' esconde otra joya humorística en la que la gente mayor está en primer plano. Es 'Derek', la comedia negra del siempre ácido Ricky Gervais, ambientada en una residencia de ancianos y rodada en formato de falso documental. Con el creador y protagonista del 'The office' británico haciendo de asistente de un geriátrico con cierto grado de deficiencia, tiene momentos de lo más enternecedores enseñando el día a día de los residentes del centro donde, ley de vida, siempre están contabilizándose nuevas bajas. "Hoy están de lo más activos", comenta Derek mientras los abuelos dormitan en el salón y la directora de la residencia (interpretada por la actriz que hacía de la difunda esposa de Gervais en la espléndida 'After life') se afana en atenderles. El capítulo sobre la hija que solo acude al centro a ver a su madre para asegurarse su herencia es impagable.

HBO también ha sabido buscar el lado cómico a la vejez en 'Getting on', la versión estadounidense de una ficción británica sobre las enfermeras de un hospital geriátrico para mujeres. Protagonizada por Laurie Metcalf ('Roseanne', 'The Big Bang theory' ) y la reciente ganadora de un Emmy Alex Borstein ('La maravillosa Mrs. Maisel'), la serie combina a la perfección el humor negro e incluso un poco grueso con el drama al abordar continuamente la muerte.

"No quiero ser invisible", se queja Jane Fonda en 'Grace & Frankie' poco después de que su marido la deje y de que, a sus años, no pueda reincorporarse al mercado laboral. Sin embargo, personajes con tanta experiencia como el suyo sí que tienen su espacio en nuestras pantallas, donde todavía tienen cosas que contar.