Tras seis años disfrutando de una exitosa reclusión en Netflix (se estrenó el 11 de julio del 2013), la serie carcelaria Orange is the new black encara su recta final con el estreno de su séptima y última temporada, una entrega que la plataforma de pago estrena hoy en EEUU, y que llegará a España mañana a través de Movistar+. La razón de que se emita en la tele de Telefónica está en que los derechos de emisión de esta producción ya los tenía la empresa española (por entonces Canal+) antes de que desembarcara Netflix en España. Una situación similar a la de Juego de tronos con HBO.

Así, y tras seis años, el destino de las reclusas de Litchfield vuelve a estar dividido. A través de los últimos 13 capítulos, se verá como Piper (la actriz Taylor Schilling) y Sophia Burset (Laverne Cox) tratan de adaptarse a la realidad de la vida fuera de la cárcel, tras superar su tiempo en prisión.

Sin embargo, otras no tuvieron tanta suerte. Taystee Jefferson (Danielle Brooks) sigue cumpliendo cadena perpetua tras ser condenada injustamente, además de poner en la cuerda floja su amistad con Cindy Hayes (Adrienne C. Moore), mientras que Blanca Flores (Laura Gómez) ha sido enviada a un centro de deportación.

Además, Lorna Morello (Yael Stone) se pone de parto y debe lidiar con sus primeras semanas de maternidad, y la jefa de cocina Gloria Mendoza (Selenis Leyva) y su equipo deben asumir cambios que no les gustarán nada.