El Ministerio de Hacienda acaba de dar luz verde a la revisión de los valores catastrales de 32 municipios de Castellón. La actualización de los coeficientes comenzará a hacerse efectiva a partir de enero de 2017 y se enmarca dentro de una iniciativa global en todo el territorio nacional , ya que la revisión se realiza con el índice de referencia de la Ley de presupuestos del Estado de dicho ejercicio. En España, la medida afecta a casi 2.500 localidades.

Entre los municipios de la provincia que van a actualizar sus valores catastrales se encuentran Benicàssim, Alcalà de Xivert, Cálig, Benlloch, Xilxes, Les Coves, Culla, Lucena, Torreblanca, Moncofa, Vilafranca o Vilafamés (ver cuadro adjunto). En la Comunitat han sido 183 las localidades cuyos inmuebles verán actualizado su valor catastral. 90 están en Valencia y 51 en Alicante.

Para que los ayuntamientos puedan actualizar el valor catastral de las viviendas de su municipio tienen que cumplir, al menos, tres requisitos: deben comunicarlo a la Dirección General del Catastro antes del 31 de mayo, deben justificar que existen diferencias sustanciales entre los valores de mercado y los que sirvieron de base para el cálculo de los valores catastrales vigentes y, por último, deben haber transcurrido al menos cinco años desde la última actualización catastral. “La aplicación de coeficientes de actualización para el año 2017 requiere que el año de entrada en vigor de la ponencia de valores de carácter general sea anterior a 2012”, señala la orden ministerial publicada en el BOE.

De los 32 municipios de la provincia que actualizarán sus valores, hay algunos que no lo hacen desde 1984. Es el caso, según Hacienda, de Rosell o Atzeneta. Argelita, Càlig, Geldo, Todolella o Toga, que hicieron su última revisión a finales de los ochenta. Benicàssim los actualizó por última vez a finales del 2007.

¿NUEVAS SUBIDAS? // La revisión de los valores catastrales beneficia en la mayoría de los casos a los ayuntamientos que la solicitan, ya que normalmente va aparejada a una subida del IBI. De hecho, y según un informe nacional, nueve de cada diez municipios españoles que en los últimos años han pedido la actualización del Catastro lo han hecho como paso previo a subir los valores y tan solo un 10% lo ha hecho para bajarlos. Algunos municipios que realizaron la última revisión en 2007, punto álgido del boom inmobiliario, pretenden ahora reflejar la pérdida de valor del sector inmobiliario desde entonces, aunque la medida suponga un perjuicio para sus arcas porque ingresarán menos por el IBI.

La valoración catastral se realiza aplicando los coeficientes correctores, que se basan en las características del suelo y de la construcción del bien inmueble, que pueden reducir o incrementar su valor final. Además, la valoración del suelo depende de la zona o la calle de la ciudad donde se sitúe la vivienda, así como de su estado de conservación. H