La teoría de seis grados de separación sostiene que una persona puede estar conectada a otra en cualquier punto de la Tierra a través de una cadena de no más de cinco intermediarios. No hace falta recurrir a ella para encontrar a un profesional de Castellón que viva en Barcelona, Madrid o Londres. Trabajar en la ciudad en la que uno ha nacido cada vez es menos frecuente y en cualquier familia hay un trabajador que, después de darse de bruces con un mercado laboral que todavía es incapaz de dar una oportunidad a todos, ha optado por hacer las maletas y salir de la provincia con un contrato laboral. Y eso es que lo que hicieron el año pasado 41.714 trabajadores de Castellón, que encontraron un empleo más allá de las fronteras provinciales.

El Servei Valencià d’Ocupació i Formació (Servef) acaba de elaborar un informe sobre la movilidad geográfica de los trabajadores valencianos a través de los contratos firmados en el 2015. El informe concluye que, pese a la mejora laboral, Castellón sigue exportando mano de obra: entraron 38.487 trabajadores. Salieron 41.714, con un saldo de -3.227.

De esos casi 42.000 empleados de Castellón que emigraron a otras provincias españolas, 7.343 (el 18% del total) se marcharon para trabajar en la hostelería y el comercio, lo que deja bien claro que la provincia sigue expulsando mano de obra debido al exceso de camareros, pinches de cocina o vendedores tres de las profesiones que más empleo generan, aunque no sea estable.

De enero a diciembre del 2015, y según la última estadística del Ministerio de Empleo, llegaron a la provincia con un contrato debajo del brazo en el sector servicios (se incluye la hotelería y el comercio,) un total de 5.822 personas, mientras que salieron 7.343, lo que ofrece un saldo negativo de 1.521 castellonenses. Ello significa que el exceso de camareros y vendedores (siguen entrando pese a la enorme implantación de la profesión en todo el litoral Mediterráneo) está generando graves disfunciones en el mercado laboral provincial.

LA INDUSTRIA, IMPORTA // Más aún si se tiene en cuenta que el otro gran sector de la economía provincial, la industria, ya está generando contratos netos. Esto es, que importa más mano de obra de la que exporta. Concretamente, la industria tiene un saldo positivo de 24 trabajadores después de que entraran en la provincia 1.893 operarios en el último año y salieran solo 1.869.

Distinto es el caso del sector de la construcción, cuya recuperación avanza muy tímidamente y el excedente de mano de obra sigue siendo notorio. Un ejemplo basta para entenderlo. En 2015, Castellón importó 1.604 albañiles mientras que exportó 2.4974.

Pero, sin duda, el sector que más trabajadores mueve es la agricultura que es, además, importador de mano de obra. Nadie menos que en el último año entraron 17.607 peones frente a los 15.796 que salieron. La diferencia arroja un saldo positivo de 1.811. El grueso de los trabajadores que llegaron a la provincia para trabajar en la agricultura lo hicieron durante el último trimestre del año, coincidiendo con el inicio de la campaña citrícola. Nada menos que entraron 10.917 collidors y personal de almacén, y la mayoría procedían de Valencia. H