El 73% de las viviendas que se han vendido en Castellón entre enero y mayo de este año --3.871 de un total de 5.244-- han sido pagadas al contado, una proporción que ahora tiende al descenso después de alcanzar máximos del 85% en los últimos años, mientras que apenas suponía la mitad en la provincia en la etapa precrisis.

El auge de la demanda de pisos de alquiler, el escaso rendimiento de los depósitos bancarios, y la apertura aún limitada del grifo de la financiación por parte del sistema financiero son algunas claves que explican lo abultado de la proporción de castellonenses que pagan a tocateja en un contexto en el que, como informó Mediterráneo, la compraventa de casas ha iniciado un ligero repunte, con una venta media diaria de 18 inmuebles, centrada especialmente en el litoral.

La vicepresidenta del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) de Castellón, Nuria Marco, explica que «los bancos han comenzado a financiar, aunque solo a personas muy solventes, por lo que es frecuente que una pareja pague su primera vivienda al contado, habitualmente con sus ahorros, la ayuda de sus padres» y tal vez un pequeño préstamo personal.

compra como inversión // Además de este perfil, Marco apunta que «la compra como inversión está despertando» en la provincia. Ocurre como consecuencia, fundamentalmente, de la escasa rentabilidad que ofrecen los depósitos bancarios. Según la vicepresidenta de los API castellonenses, es bastante común que «se compren pisos de hasta 50.000 euros al contado y después se alquilan a precios de entre 300 y 400 euros al mes, con lo que se logran ganancias mucho más elevadas que si se deja el dinero en el banco».

Esta evolución es posible gracias al boom de la demanda de viviendas para arrendar, que tiene, entre otras causas, como ha explicado este periódico, la gran movilidad laboral y la dificultad de acceso a una casa propia. Nuria Marco añade en este sentido que «hay personas que hasta compran tres pisos baratos al contado dentro de un mismo año y los adecentan para alquilarlos después».

En todo caso, la portavoz de los API puntualiza que, con perfiles distintos, se ven a menudo en la provincia adquisiciones sin hipoteca de inmuebles de hasta 100.000 euros, e incluso operaciones que llegan a los 150.000.

No es lo que ocurre, por ejemplo, en Benicàssim, como indica el agente inmobiliario que opera en esta población, Carlos Carmona. El profesional explica que «en Benicàssim se financia a través del banco casi el cien por cien de las ventas que se materializan».

Matiza que se trata de pisos o viviendas de coste elevado, situado, como mínimo, por encima de los 100.000 euros, por lo que dice, «es raro que no se financie».